
La avalancha de noticias poco edificantes recibe a 2018 como un año de muchas expectativas, temores y desafíos, pero uno sigue con el obstinado sueño de que esta vez, ahora sí, tendremos una vida nueva halagüeña.
Si no lo hacemos, mejor dicho. En calidad de periodista me veo obligado a estar al tanto de los acontecimientos internacionales. He preferido el avestruz y quedarme con dos jovencitas que parece darán que hablar como futuras divas del pentagrama.
Continuar leyendo





