De los valores y la sensibilidad humana sin tintes rosas; o la mediocridad, las ambiciones y el oportunismo, fórmulas audaces de dos recientes películas francesas que reconfirman la buena salud del Séptimo Arte en la nación de los Hermanos Lumiére.
Hace poco tuve la suerte de disfrutar de Como hermanos, Opera Prima de Hugo Gelin, y Los paseos de Moliére (o Alceste en bicicleta), de Philippe Le Guay, interesantes referencias de un cine que todavía se precia de intentar, al menos, ser diferente.
Continuar leyendo