París.- Parecía una Cumbre de Gobernantes o de Naciones Unidas, pero por suerte nada más lejos. El propio Salón Opera del elegante Intercontinental París Le Grand ofrecía las claves: Cannes, el glamour del cine de la Riviera Francesa de visita en la Ciudad Luz.
Para no ir a los detalles, las propias fotos hablan por sí solas del enjambre de cámaras y la respetable legión de periodistas presentes, ávidos de escuchar a Gilles Jacob, el presidente del Festival de Cannes, y a Thierry Frémaux, el delegado general. Todo para saber las películas seleccionadas en 2011.
Dos filósofos del séptimo arte, perdidamente enamorados de este engaño maravilloso que es el cinematógrafo inventado por los hermanos Auguste Marie y Louis Lumiére y patentado el 13 de febrero de 1894.
Empero Jacob y Frémaux sobreviven a las amenazas que rodean al cine y tratan de conservar el vuelo de los sueños nacidos en Lyon con los Lumiére. Al menos en intenciones, sin dejar de preocuparse por las nuevas tecnologías que como el i-Pad alejan a los espectadores de la gran pantalla.
O de los lamentos por la asfixia del cine de autor en el poderoso Hollywood y las proyecciones en el naciente decenio para que subsista la búsqueda y la exploración, los experimentos sorprendentes y los valores estéticos.
De todas formas estábamos en París, a un costado del Café de la Paix donde los hermanos Lumiére organizaban exhibiciones de cine y Orson Welles lo frecuentaba, frente al suntuoso teatro de la Opera.
Más allá, Cannes-2011, del 11 al 22 de mayo, no puede quejarse por los pesos pesados que arrastra. Con Robert de Niro de presidente del jurado por las Palmas de Oro, están en lidia el italiano Nanni Moretti con Habemus Papam; el español Pedro Almodóvar (La piel que habito) y el danés Lars von Trier (Melancholia).
Una comedia incisiva y bastante agradable se antoja la cinta de Moretti, con el veterano actor francés Michel Piccoli (Belle de jour, El discreto encanto de la burguesía) sobre un Papa con necesidades de psicoanálisis por su presunta incapacidad para ejercer funciones.
Almodóvar a todas luces llega con una historia escalofriante si tomara al dedillo la novela Tarántula, del escritor galo Thierry Jonquet, en la cual se basa el guión. Con Antonio Banderas, Elena Anaya y Marisa Paredes, transita entre el cine negro, fantástico y de terror sobre un cirujano plástico vengativo.
Kirsten Dunst, Charlotte Gainsbourg, Kiefer Sutherland, John Hurt y Charlotte Rampling, se unen en una Melancholia colectiva de malos augurios y complejos entuertos psicológicos, nada menos que bajo la batuta de Lars von Trier (Bailando en la oscuridad),
Tampoco complaciente aunque con aplausos por su retorno a Cannes aparece el norteamericano Terence Malick (La delgada línea roja), ahora con The tree of life, con Brad Pitt y Sean Penn, enfocado en la pérdida de inocencia y los laberintos emocionales.
-Un Certain Regard-
El mexicano Gerardo Naranjo (Miss Bala), los brasileños Juliana Rojas y Marco Dutra (Trabalhar cansa) y el chileno Cristian Jiménez (Bonsai) enfrentarán a otros 16 largometrajes, incluido Restless, de Gus Van Sant (EEUU, Palma de Oro 2003 con Elefant), en la sección paralela Un Certain Regard (Una cierta mirada).
Es uno de los segmentos más relevantes de la tradicional cita alrededor del boulevard de La Croisette, que premia a los filmes más originales en su propuesta, con el serbio Emir Kusturica al frente del jurado.
Cristian Jiménez hizo su primer ensayo hace dos años con Ilusiones ópticas, con una tímida acogida en el Festival de Biarritz. Sin embargo, su segundo largometrajes, Bonsai, fue el vencedor en el lauro de Cine en Construcción de Toulouse.
Los entuertos del narcotráfico, la policía y el sistema jurídico mexicano vienen, al igual que Miss Bala, con las apuestas mexicanas. Días de Gracia, de Tekla Taidelli, en el apartado “Sesiones de Medianoche” se presentará fuera de competición.
El surcoreano Bong Joon-ho fungirá como titular del jurado de la Cámera d´Or, que distingue a las Operas Primas que se presentan en todos los capítulos de Cannes.
Mientras se aguarda la selección de las películas para otros dos espacios de la maravillosa fiesta del celuloide, La Quincena de Realizadores y La Semana de la Crítica.
Fuera de concurso sobresalen The Beaver, de Jodie Foster, y Piratas del Caribe: las extrañas mareas, de Rob Marshall, que llevarán a la ciudad de la Cóte d´Azur a Mel Gibson, Johnny Deep y posiblemente Penélope Cruz.
Con cerca de 80 mil habitantes, Cannes es el destello más fulgurante en la tentación de suplantar el privilegio del célebre balneario de Saint-Tropez, pero en verdad en la región Provenza-Alpes-Costa Azul, conocida como PACA, están las siete maravillas de la naturaleza de Francia.
Así tampoco se lo pierde Woody Allen, quien hace poco reiteró su “apasionado amor” por París y como pista fehaciente, estrenará en el Festival -sin entrar en la puja por las Palmas de Oro- Midgnight in Paris, con Owen Wilson, Rachel McAdams, Marion Cotillard, Kathy Bates, Adrien Brody y a la primera dama de Francia, la ex modelo y cantante franco-italiana Carla Bruni.
Para redondear todo lo que se necesita para la alfombra roja, el homenaje especial a Bebel, Jean Paul Belmondo, el ídolo francés de A bout de soufle (Sin aliento) y Pierrot el loco, ambas de Godard, El hombre de Río y Cartouche, entre muchas.
Bernardo Bertolucci, el maestro italiano de obras inolvidables como Novecento (1976) y la muy recordada El último emperador (1987), ganadora de nueve Oscar, recibirá una Palma de Oro en honor a su larga y fructífera carrera.
Apegado siempre al cine de autor y a distancia de estilos convencionales, el realizador nacido en Parma en 1941 es también recordado por la controvertida El último tango en París, con Marlon Brando y María Schneider, y Pequeño Buda.
En añadidos, la bella rubia francesa Mélanie Laurent (Inglorius Basterds), como maestra de ceremonias para seguir los pasos de Kristin Scott Thomas y Mónica Bellucci.
Y en el segmento L´Atelier para proyectos en estudio, el argentino Pablo Reyero (Escafandra); el mexicano Celso García (La delgada línea amarilla); los peruanos Diego y Daniel Vega (El Mudo), y el uruguayo Alvaro Brechner es otro de los candidatos a recibir financiación para completar su película Mr. Kaplan.
Tan buen cine mexicano y tan poco en Cannes 2011. Será por lo ocurrido con el Año de México en Francia?
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Parece más bien un problema de post-producción de algunas películas. Confío en que Cannes no se deje arrastrar por cuitas políticas.
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