
Fue un movimiento que marcó la ruptura y el estilo diferente del «savoir faire» del cine francés y, desde entonces, se convirtió en referencia ineludible del séptimo arte a nivel mundial: la «Nouvelle vague» (Nueva ola) cumple cincuenta años.
Tuvo su punto culminante de homenajes y celebraciones en el 62 Festival de Cannes, pero antes la Nueva ola ocupa espacios relevantes en la prensa gala y trae de vuelta a la escena a Godard, Truffaut, Varda, Chabrol, Rozier, Resnais, Rohmer.
Todo empezó en la revista Les Cahiers du cinéma (Los cuadernos del cine), cuando Jean Luc Godard escribió sus primeros artículos en 1952, un año después de la salida de la publicación a cargo de André Bazin.
Para los analistas, entre ellos la revista semanal de Le Monde, los antecedentes añadieron a Francois Truffaut en enero de 1954 cuando comentó su punto de vista en el mismo medio con «Una cierta tendencia del cine francés».
El sello y el título de «Nouvelle Vague» llegarían de la mano del periódico L´Express el 3 de octubre de 1957, cuando se refirió por primera vez en esos términos a una suerte de grupo de jóvenes talentos con diversas inquietudes.
Su confirmación se hizo visible en 1959. En febrero se estrenó «El bello Sergio», de Claude Chabrol, y el 4 de mayo en premier de la cita de Cannes, «Los 400 golpes» de Truffaut. Para completar, en junio «Hiroshima mon amour», de Alain Resnais.
La continuidad estaría luego asegurada. Jean Luc Godard lanzaba en 1960 «A bout de soufflé» (Al final de la escapada) y el propio Truffaut deleitaba una vez más con «Disparar sobre el pianista», así como la indistinta participación de otros «monstruos sagrados».
En la tierra de los Hermanos Lumiére, los inventores del cinematógrafo, se recuerdan con nostalgia trabajos como «Jules y Jim» (del desaparecido maestro Truffaut), «Cléo de 5 a 7» (Agnés Varda), «El signo del león» (Eric Rohmer), entre otros.
tout va bien!
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merci…apenas una muy modesta aproximación.
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