Los fenómenos atmosféricos, cada vez más presentes en el mundo, rescatan comportamientos que quizás resumen de manera perfecta el accionar de la humanidad ante situaciones extremas.
Predomina una suerte de morbo, manifiesto desde la difusión de pronósticos catastrofistas. Se dan de la mano las estampidas, acaparamiento de bienes materiales, protección de inmuebles, alarmas extremas y hasta la más absoluta indiferencia.
Continuar leyendo