Para Navidades y Fin de Año, lo deseable son variedades en las mesas y un amplio inventario de bebidas, con el vino de invitado por excelencia y la cerveza como acompañante no menor de las celebraciones. Y la familia, los amigos.
Festejar, un acto de fe por la vida, la oportunidad de subrayar el colofón de un año. El nacimiento del Niño Jesús, motivo de celebración también para los no creyentes y, no obstante calamidades, penurias y tristezas para muchos, el privilegio de permanecer en este mundo.
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