La dinámica de la vida cotidiana y la ausencia de suficiente tiempo libre, convirtieron a las oficinas en nido de amores y despechos. Así lo aseguran científicos estadounidenses y franceses.
Empero, como los psicoanalistas y estudiosos no son siempre muy confiables, me decidí a preguntarle directamente a Cupido: “antes en escuelas y universidades, pero ahora los centros de trabajo son los mejores”.
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