Gesto simbólico lleno de enigmas, el brindis es a priori una invitación celebrativa, en cambio, tocar madera, se antoja un acto de fe con aires de introspección mística.
Brindamos desde el siglo IV antes de Cristo aunque el vocablo se utilizó por primera vez en la decimosexta centuria (XVI) de nuestra era, con una fonética puramente alemana: ich bring dir’s (te lo ofrezco).
Continuar leyendo