
C´est fini, como la canción de Charles Aznavour. Termina otro año y antes de ponernos filosóficos o plañideros, una ovación para los que pudieron vencer el 2016. Otra para quienes recién llegan, sin tener la certeza del futuro que les deparará la vida.
Todo el respeto para los que se marcharon dejando huellas de amor, amistad y entrega, en este mundo nuestro tan dispar y desequilibrado.
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