El deporte está lleno de milagros. Tiene, como el arte, la virtud de sacar a relucir muchas veces la mística de las cualidades humanas, a la vez que regala en los Juegos Olímpicos un espacio sui-géneris de paz, amor y amistad.
Multimillonarios tenistas, grandes estrellas del basquetbol, por citar algunos ejemplos, hacen un paréntesis para entregar sus mejores prestaciones en la cita cuatrienal. Con cinco experiencias personales en estos encuentros y ahora como espectador privilegiado desde Chile, no dejan de emocionar los pasajes cariocas.
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