Desde su tumba, Pablo Neruda volvió a escribir una página, esta vez extraída de una asombrosa trama de suspenso, al reconocerse que no murió por causas naturales.
El Panel Genómico-Proteómico integrado por 16 científicos de seis países, en deliberaciones durante cinco días en la capital chilena en octubre de 2017, dejó en claro que el vate no falleció de cáncer, lo que inclina la balanza hacia la mano negra de agentes de la dictadura de Augusto Pinochet.
Un nuevo y morbosamente fascinante capítulo en la trayectoria del autor de Canto General, que surgió cuando por fin se escucharon las persistentes denuncias de su chofer y ayudante personal Manuel Araya.
En 2013, el juez especial Mario Carroza ordenó la exhumación del cadáver en la Casa Museo de Isla Negra, el pintoresco poblado del litoral central de Chile, donde reposan sus restos mortales.
La falsedad del Certificado de Defunción emitido en la clínica Santa María el 23 de septiembre de 1973, que señala caquexia cancerosa –algo improbable en un hombre que pesaba unos 90 kilos-, señala con dedo acusador a los militares que bañaron de sangre a Chile en la época.
Más allá, lo que intentan confirmar los forenses de Canadá, Dinamarca, España, Francia, Estados Unidos y Chile pudiera hacer palidecer a la saga de los CSI de la televisión estadounidense.
-EL MOLAR DE NERUDA
Curiosamente, un molar analizado dentro de los vestigios del Premio Nobel de Literatura es la clave de la investigación. En el curso de seis meses a un año, el mundo sabrá si, como todo parece indicar, a su cuerpo le inocularon intencionalmente Clostridium botulinum, además de estafilococo dorado, para envenenarlo.
Henrik y su esposa Debi Poinar, expertos forenses del Centro de ADN de la Universidad de Hamilton, Ontario, leían a Pablo Neruda en su juventud. Sus poemas de amor forman parte de la relación que tienen como pareja los científicos canadienses.
Consagrado en estudios que intentan recuperar a partir de osamentas al extinto Mamut Lanudo, Henrik me confesó que por primera vez en su carrera le toca investigar un caso con rostro y nombre, por añadidura famoso.
-Es muy emocionante, podemos ofrecer un aporte a la justicia, tratándose de una personalidad tan admirada como Neruda, destaca.
En sus laboratorios de Canadá se hizo el análisis del molar, un fragmento de tibia y otro de fémur perteneciente al poeta. Ya determinado el molar, toca corroborar millones de veces si la bacteria fue inducida o adquirida, algo que se cotejará con pericias independientes en Copenhague, Dinamarca.
Visiblemente emocionado, el abogado Rodolfo Reyes Muñoz, sobrino de Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto (el verdadero nombre de Neruda), me señaló:
-El cuerpo de mi tío habló en la forma poética, la forma romántica de Neruda, quería decir algo y lo logró, lo logró porque es una realidad que en la muerte de Neruda hubo intervención de terceros. Ya está descartado el infame certificado de muerte, que fue falso.
La ciencia ayuda pero es triste lo q vamos conociendo con el paso del tiempo
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Son varias páginas de las historia que tardan en revelarse la verdad. Al menos hay esperanzas con la ciencia actual.
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Nos gustaría que el final de esta investigación marcara un rumbo ante todas las injusticias cometidas a lo largo de la historia. Y al mismo tiempo, un nuevo y sentido homenaje al gran Pablo Neruda.
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Eso esperamos todos los que amamos la excelencia de la literatura y la justicia.
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