Camino a la rue des Grands-Augustins, a unos 300 metros del boulevard de Saint Michel en pleno Quartier Latin (Barrio Latino), la caprichosa nieve que acariciaba a París y el frío glacial pretendían atemperar un objetivo supremo.
La idea era llegar a esta pintoresca y curiosa calle de la Ciudad Luz en virtud de sus capítulos trascendentales de la historia. En especial el número 7, donde se ubica el Grenier des Augustins, un caserón que conserva su auténtica buhardilla con la impronta de Pablo Picasso.
Picasso es inconmensurable en Francia, reflexioné emocionado. Entonces me interrumpieron Jean Pierre y Alain para invitarme a un excelente vino… sudafricano por cierto, a propósito del recital que veríamos más tarde.
Con tanto frío, cae muy bien el vino y este sudafricano (Grand Vin de Glenelly) es ideal, repitieron casi a coro Jean Pierre y Alain en la mansión del Grenier des Grands-Augustins.
Me sentía deslumbrado y di poca importancia a los sorbos de la bebida, aunque en verdad recuperé el calor en el cuerpo.
Si se vive en París temporalmente, parece sencillo rodearse de fantasmas universales. El pintor malagueño es uno de ellos, aunque hay otros bastante distinguidos.
Así he sentido la presencia de la fabulosa Maga de Rayuela de Julio Cortázar en mis paseos por el Sena. Para mí, los maravillosos puentes parisinos están íntimamente ligados a la figura del ilustre escritor argentino.
La Maga y Oliveira andan cerca, porque se amaron bajo la mística del Barrio Latino. Pero esta es la gran obra de Cortázar y lo que me mueve hoy es Picasso.
Antes de proponer una larga pausa para hablar de pasajes del artista plástico, la propia calle des Grands-Augustin merece algunas palabras. Mide apenas 213 metros desde el Quai (muelle del Sena) del mismo nombre hasta el 52 de la rue Saint-André-des Arts.
Jean Baptiste Drouet, vivió en esa calle. Fue el hombre que identificó a Luis XVI el 21 de junio de 1791 en su famosa fuga, conocida en la historia como “El Vuelo de Varennes”, abortada cuando la monarquía pretendía refugiarse en esa localidad del noreste en medio de la Revolución Francesa.
También recibió entre sus vecinos al escritor Jean de La Bruyére y al compositor Charles Gounod, el autor de la ópera Fausto y del Ave María basado en el primer preludio de Bach; al actor Jean Louis Barrault, y a los insignes Honoré de Balzac y Pablo Picasso.
En el concierto de la pequeña calle el rey Enrique III fundó la Orden des Chevaliers du Saint Esprit; después Luis XIII se instaló provisionalmente la misma noche en que asesinaron a su padre (Enrique IV).
-Guernica-
Centro igualmente de reuniones de los surrealistas, fue allí donde Picasso concibió Guernica, su obra cumbre. En el número 7 de la rue des Grands-Augustins fijó su residencia en París de 1936 a 1955, tras abandonar su taller de Montmartre del Bateau Lavoir.
Para llegar a su iconoclasta Guernica de mayo a junio de 1937, el artista español diseñó primero 42 bocetos, con su impronta cubista en una aproximación sobre los horrores de la guerra y el impacto del bombardeo nazi a la población del País Vasco.
Sin embargo, el propio autor se manifestó siempre reacio a dar una explicación sobre el significado de Guernica, un óleo sobre lienzo de grandes dimensiones: 3,50 x 7,80 metros. Entre su anecdotario, cuentan que una ocasión fue preguntado en París en 1940 por un oficial nazi.
“No, fueron ustedes”, fue su respuesta incisiva respecto a si había sido el autor del cuadro.
Fue en la helada noche parisina de diciembre de 2010 cuando asistí al singular concierto del Cuarteto de la Paz, con la mística de Nelson Mandela y otros tres Premios Nobel de Sudáfrica, en un escenario especial: la buhardilla de Picasso, donde pintó Guernica.
Los violines, explicó David Juritz, primer solista, tienen grabados detrás una dedicatoria a Albert John Luthuli, el reverendo Desmond Tutu y al ex presidente Frederik de Kler. Luego, el violoncelo, con la inscripción Esperanza, a Nelson Mandela.
-El electricista-
Como a Chopin, polaco de nacimiento pero venerado en Francia en calidad de amado hijo adoptivo, Picasso goza de un cierto magnetismo que lo coloca en las máximas alturas en el Hexágono.
Ya en 2008 e inicios de 2009 se dio en París una de las exposiciones más resonantes de los últimos tiempos en la Ciudad Luz, “Picasso y los maestros”. Y ahora en 2010 regresa al protagonismo, si es que alguna vez no lo tuvo.
Antes de su muerte en Mougins, Francia, el 8 de abril de 1973, Picasso contrató al electricista Pierre Le Guennec, quien residía a poca distancia en Mouans-Sartoux, en el sur del país.
Le Guennec es noticia mundial en 2010. En su poder se encontraban 271 obras del maestro, que según cálculos iniciales de los expertos se valorarían en el mercado internacional en de 80 millones de euros (cerca de 100 millones de dólares).
Este septuagenario es protagonista de una de esas historias increíbles que, sin embargo, entre dudas y escepticismo, pudiera terminar dentro del capítulo de lo posible.
Un hombre que al lado de su esposa Danielle y su familia en general, es conocido por su trayectoria intachable.
Bajo esa aureola, por ahora impasible, sostienen sus argumentos con la ayuda de la abogada Evelyn Rees. Pero los herederos de Picasso aseguran que son unos pillos y en particular Pierre Le Guennec es un mentiroso bastante astuto.
Anne Baldasari, directora del Museo Picasso de París, aseveró que el tesoro revelado por Le Guennec es increíble.
“Las numerosas piezas aparecidas tienen una importancia considerable para aclarar la obra de Picasso. Son fondos de su taller personal, de los años 1900-1932”, declaró Baldasari.
Cuando todo el embrollo se encontraba en punto muerto y Le Guennec repetía su gesto de colocarse las manos en la cabeza como señal de no entender la trascendencia de sus desvelos, dio otra estocada al impactado mundillo de la plástica.
Pierre y Dani, ya mimados así por la prensa, volvieron a asombrar al asegurar que son primos lejanos de Maurice Bresnu, ex chofer de Picasso, a quien el genio de la pintura le obsequió otra buena cantidad de obras.
En breve otro centenar de dibujos, bocetos y pinturas de Picasso estarían al alcance de la vista, de momento bajo custodia de la Oficina Central Contra el Tráfico de Bienes Culturales de Francia.
Palabras más-menos, Pierre Le Guennec resume su insólito pasaje de la siguiente forma:
Un día no determinado de 1973, meses antes de que falleciera el pintor, cuando se iba a casa después del trabajo, Jacqueline (última esposa de Picasso) se le acercó con una caja de cartón y le dijo: Para ti, de parte del maestro.
-Vi unos papeles, unos dibujos, pero no le di mucha importancia, lo metí en la camioneta y me volví a casa. Al llegar los envolví bien y los dejé en una estantería del garaje. Para mí no eran cuadros, no eran pinturas, muchos no estaban acabados, eran dibujos, pruebas, a los que no di mucho valor…
Guardaron el contenido de la caja, jamás hablaron de él a nadie, pasaron 40 años, y meses atrás Pierre decidió desenterrarlo, porque “hace un año me detectaron un cáncer de próstata”.
-Me operaron, toco madera, y estoy bien, pero pensé que si yo moría, mis hijos se iban a preguntar qué eran esos dibujos … así fue que me dirigí a los herederos de Picasso, relató.
Claude Picasso (el hijo del maestro) y un colaborador confesaron su estupefacción al contemplar el contenido de la maleta.
Un pequeño cuaderno con un centenar de dibujos a lápiz y a tinta; apuntes, ensayos, caricaturas; pero también 30 litografías (varias idénticas), un retrato a tinta de la primera mujer de Picasso, Olga Koklowa.
Además, nueve collages cubistas que por sí solos valen más de 40 millones de euros, una decena de bocetos de Las tres gracias, una acuarela de su periodo azul y varios paisajes, una línea poco habitual en Picasso.
No me imagino a Picasso regalándole a su electricista un lote de dibujos, muchos de ellos inacabados, o dándole unos collages surrealistas que no habría regalado ni a Braque. Todo esto no tiene sentido, es simplemente aberrante, opinó Jean Jacques Neuer, abogado de Claude.
Pues hombre, Picasso si que tuvo una vida prolífica. Es nuestro orgullo. Interesante su escrito.
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Tiene tantas aristas en Francia como en España. Picasso es universal e inconmensurable. Gracias.
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picasso, mandela, chopin, y un cuarteto que por lo que dice parece fabuloso. muy interesante todo.
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ahora que estoy en sudáfrica, es impresionante la adoración por Mandela, aunque cuando más se conoce de su vida, más se admira. será bueno saber del Quartet de la Paix.
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El arte es interpretación si bien tiene patrones estéticos Picasso fue un grande pero también los mecenas buscan mucho dinero y la gente de plata lo compra como ocurre en Brasil
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La pregunta siempre gira alrededor de los patrones estéticos. Un cuadro puede decirle muchas cosas a los especialistas, que no siempre coinciden con el público. Sin embargo, los valores de la pintura nacen en la idea de ofrecer un margen a la imaginación y la creatividad a partir del genio del artista.
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Reblogueó esto en Un lunar en la punta de la narizy comentado:
Desde hoy,19 de juloio de 2021 el “Buste de Femme 43” de Pablo Picasso quedará colgado en la sala de El Greco del Museo del Prado de Madrid, un hecho lleno de simbolismos y de algún modo de justicia.
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Interesante y extenso artículo para un gran artista. Su obra reconocida mundialmente es un orgullo para para su país natal, así como para Francia donde vivió y creó muchas de sus obras en esas buhardillas llenas de ese entusiasmo bohemio y artístico. La interpretación que se haga de su obra queda a la imaginación de cada cuál, él fue un genio y él dio el significado que sintió al pintarlo.
Has recreado y mezclado con mucha destreza anécdotas varias…y he disfrutado mucho leyéndote.
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Pues vale mucho identificarse con los lectores, porque para ellos existimos. Tu comentario, como siempre, muy atinado. Picasso es literalmente inconmensurable. Su obra y en particular el cubismo cuando menos, no deja indiferente a nadie que le eche una mirada al arte, agradecido por el comentario.
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