
Madrid.- Hace 10 años un joven visionario se asomaba al mundo de las criptomonedas a hurtadillas. Poco después, estaba inmerso en el tema y de forma gradual pasó a incluir como pilar de su empresa el asesoramiento y alguna tímida inversión.
No era el único Millenial, si bien tuvo la audacia de sumarse al selecto grupo de los convencidos de una idea, pese al escepticismo reinante. Escepticismo, por cierto, todavía vigente.
Continuar leyendo