Dos de cada tres conversaciones en Francia transcurren alrededor de comidas, vinos, champañas o cognac en restaurantes y bares, o en los eventos de recepciones y cocteles donde los chefs se visten de orfebres en las presentaciones de sus platillos.
Se habla de perfumes y modas, de fútbol, rugby y petanque, probablemente el pasatiempo nacional más querido en Francia. Temas insoslayables asociados a la buena mesa y las bebidas, extensión, en el mejor sentido de la palabra, de los efluvios sociales galos.
Continuar leyendo
