Bastaba con mencionar el nombre de Cuba y los signos de admiración terminaban haciendo reverencias. La Perla del Caribe llegó a conquistar la proeza del quinto lugar en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 y entonces mucha gente en la Isla creyó que se podía subir uno o hasta dos peldaños más.
Antes de entrar en el análisis de las realidades, dos ideas no pueden aguardar al desarrollo completo de este texto: el nivel cualitativo y científico del deporte cubano creó bases para conservar un cierto rango en la élite internacional; y en Río de Janeiro bien pudiera darse un nuevo salto hacia el firmamento.
Sin embargo, en ocasiones es bueno aterrizar a tiempo, aunque no sea agradable. Porque la mística y la estamina de los deportistas cubanos se ha forjado a lo largo de más de 50 años con una mentalidad triunfadora y lo que para otros países latinoamericanos es una hazaña, no se mira del mismo modo en la Mayor de las Antillas.
Lo de Cuba (11 millones de habitantes) no es simplemente participar en la mayor cita cuatrienal que los griegos bautizaron como Olimpiadas (para marcar los cuatro años hasta los Juegos). Tampoco conquistar algunas medallas. Los cubanos batallan denodadamente por el oro.
Y se molestan cuando se ven rebasados en alguna modalidad por Brasil, el gigante sudamericano con más de 200 millones de habitantes, ahora encima anfitrión de las competiciones; o por México (123 millones) y Argentina (42 millones).
-NUEVOS ESCENARIOS
El escenario geopolítico del mundo cambió sustancialmente en los últimos 27 años, desde la caída del campo socialista de Europa del Este, la desintegración de la Unión Soviética (Urss) hasta la fragmentación gradual de numerosos países. En este concierto, se diversificó bastante el deporte.
La primera sorpresa llegó en los Juegos Olímpicos del Centenario, en Atlanta 1996. El reparto de medallas marcó un antes y un después. A diferencia de Barcelona 1992 cuando la antigua Urss se presentó como la Comunidad de Estados Independientes (CEI), en la capital estadounidense de Georgia lo hizo de forma separada.
En Barcelona la CEI dominó el medallero con 112 preseas, mientras en Atlanta lo hizo Estados Unidos (101) con Rusia en segundo lugar (63) y una serie de actores que comenzaron a pisar firme: Alemania, China, Francia, Italia y Australia.
Fue el comienzo de otra era que sin dudas afectó a Cuba sensiblemente. Parecía el final de una linda carrera deportiva con un liderazgo latinoamericano asombroso. A todo lo anterior, en añadido, el giro de 180 grados del Comité Olímpico Internacional (COI), al permitir el ingreso de profesionales a su fiesta.
-ABRIRSE PASO
Para quienes alguna vez hemos disfrutado in situ de las emociones de los Juegos Olímpicos, es particularmente interesante el repaso del quehacer de Cuba para preservar la brújula.
Sydney 2000 representó un momento de inflexión. Había muchas expectativas y un detalle no menor difuminó una cortina de humo en la delegación cubana: el beisbol, la sacrosanta pelota, perdió la medalla de oro contra su archirrival Estados Unidos en una final que llenó de amargura a los parciales de los caribeños.
Discusiones aparte de si fue octavo lugar en el medallero u onceno como se reflejó de modo oficial, la verdad es que las actuaciones de los cubanos fueron extraordinarias. Tercera dorada de Félix Savón en el boxeo olímpico, igualando las proezas del húngaro Laszlo Pap y de su compatriota Teófilo Stevenson.
Reinado de Anier García en los 110 metros con vallas; y un memorable oro en una disputa no apta para cardiacos de Iván Pedroso en el salto de longitud; plata de Javier Sotomayor en el salto alto y de Joel García en triple salto. Pero también la corona dorada del judo femenino para Legna Verdecia y Sibelis Veranes, con plata para Driulis González y Daima Beltrán.
Y de emociones inolvidables, el oro de las Morenas del Caribe del voleibol femenino, tercer título olímpico, mérito supremo para el desaparecido Eugenio George. Un partido vibrante, propenso al infarto de los espectadores. Cuando parecían hundidas por Rusia, se recuperaron hasta conquistar el título.
Además, las doradas del luchador Filiberto Azcuy y de Angel Volodia Matos en taekwondo.
Sin embargo, la pelota es la pelota. La labor del pitcher derecho estadounidense Ben Sheats y el lapidario 4-0 sobre Cuba dejaba un fantasma rondando en la atmósfera de la preciosa ciudad australiana en la pasión del beisbol.
Con matices diferentes, los encuentros sucesivos de Atenas 2004, Beijing 2008 y Londres 2012 volvieron a colmar de satisfacciones a los cubanos a pesar de esa inconformidad permanente que busca abrirse paso siempre en un escalón superior.
Atenas 2004 permitió recuperar el título olímpico en beisbol y el encumbramiento de nuevo del boxeo (cinco doradas), Osleidys Menéndez (jabalina) y Yumileidi Cumbá (bala); y Yandro Quintana (lucha). En total 27 medallas y cierta frustración por la cosecha de siete de plata.
Beijing 2008 dio cabida a un deportista que haría historia, el luchador Mijaín López, con la primera de sus dos doradas olímpica (la siguiente en Londres) y el espectáculo de Dayron Robles en los 110 metros con vallas, arrasador en la prueba. Pero fue una cita que relegó a Cuba al puesto 28 en la clasificación por países.
Ya Londres 2012 devolvería las sonrisas. En el lugar 15 en esta ocasión y memorables actuaciones de Idalys Ortíz (judo), Leuris Pupo (tiro), los boxeadores Roniel Iglesias y Robeisy Ramírez, y, por supuesto, el gigante de ébano Mijaín López.
-RIO DE JANEIRO
En el deporte de alto rendimiento hay una delgada línea entre una medalla de bronce y el cuarto lugar. Todavía más fina es la diferencia del oro a la plata y en este caso tiene un poder singular para la colocación de los países en el cuadro final de preseas.
Cuando uno mira en perspectiva la final individual o colectiva de un deporte, o incluso ha tenido la oportunidad de vivirlo en carne propia, es fácil percatarse de lo que pueden fracciones de segundos en una decisión.
La colección plateada de Beijing fue una muestra elocuente de ello. Como un cierto desliz que echa a perder esfuerzos y sacrificios de cuatro años de preparación.
Río de Janeiro se antoja una oportunidad para los cubanos. Ciudad de ensueño, entre las más bellas del universo, con playas y cadencias musicales, la capital carioca vislumbra varias medallas de oro para Cuba en el boxeo, que con la experiencia adquirida en la Serie Mundial de Boxeo (WSB), un evento semiprofesional, permitió progresos sustanciales con un fogueo de primer nivel y reverdece laureles.
A priori, Lázaro Álvarez (60 kilos), Arlen López (75) y Julio César de la Cruz (81) son favoritos para alcanzar el cinturón olímpico. Sin embargo puede haber más de los púgiles de la Mayor de las Antillas que acumulan 67 preseas en Juegos Olímpicos y más de 120 en lides mundiales en la historia.
Yosvany Veitía, Yasnier Toledo y Yohhany Argilagos buscarán incorporarse al pelotón de los triunfadores.
Hay apuestas muy fuertes en el atletismo, con Yarisley Silva en salto con pértiga, subcampeona de Londres 2012 y reina mundial; Denia Caballero, la discóbola titular del orbe y panamericana; el triplista Pedro Pablo Pichardo, con un imponente 18,06 metros, tercera mejor marca del mundial en la historia.
Se añade el relevo 4×400 metros masculino, por lo general con Williams Collazo, Adrián Chacón, Osmaidel Pellicier y Yoandrys Lescay.
Luego, como as indiscutible Mijaín López, por la hazaña de completar tres de oro en las últimas tres Olimpiadas; e Ismael Borrero (59 kilos), ambos en lucha grecorromana.
Para el judo, las esperanzas mayores recaen en la dueña de la división de más de 78 kilogramos, Idalys Ortíz; Asley González (90 kilos), Dayaris Mestre (48), José Armenteros (100) y Onix Cortés (70).
En tiro deportivo, las apuestas vuelven sobre Leuris Pupo, monarca en Londres 2012, y la persistente Eglys Cruz, con una larga trayectoria de buenos resultados, mientras en remo se agiganta la figura de Angel Fournier.
No pueden pasarse por alto al ascendente gimnasta Manrique Larduet y el taekwondista Rafael Alba.
Según el sitio Olympic Medals Predictions, basado en un complejo sistema de análisis sobre la base de resultados, Cuba debería ubicarse entre los puestos 12 al 15, con 7 medallas de oro, 6 de plata y 3 de bronce, en unos Juegos Olímpicos que dominarían Estados Unidos, China y Gran Bretaña, los tres primeros por ese orden.
Cuba ha participado en 19 Juegos Olímpicos de Verano, el primero en París en el año 1900, con un balance de 209 medallas (72 oro/67 plata/70 bronce).
Cuba en Juegos Olímpicos de Verano:
Evento Total
París 1900
1 1 0 2
San Luis 1904
4 2 3 9
Londres 1908n 1
– – – –
Estocolmo 1912n 1
– – – –
Amberes 1920n 1
– – – –
París 1924
0 0 0 0
Ámsterdam 1928
0 0 0 0
Los Ángeles 1932n 1
– – – –
Berlín 1936n 1
– – – –
Londres 1948
0 1 0 1
Helsinki 1952
0 0 0 0
Melbourne 1956
0 0 0 0
Roma 1960
0 0 0 0
Tokio 1964
0 1 0 1
México 1968
0 4 0 4
Múnich 1972
3 1 4 8
Montreal 1976
6 4 3 13
Moscú 1980
8 7 5 20
Los Ángeles 1984n 1
– – – –
Seúl 1988n 1
– – – –
Barcelona 1992
14 6 11 31
Atlanta 1996
9 8 8 25
Sídney 2000
11 11 7 29
Atenas 2004
9 7 11 27
Pekín 2008
2 11 11 24
Londres 2012
5 3 7 15
TOTAL 72 67 70 209
Excelente articulo!
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Gracias, mucho más viniendo de un experto como usted.
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Excelente e interesante artículo.
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Otro agradecimiento similar. Pensemos en que Cuba va a dar que hablar en Río de Janeiro en el sentido positivo.
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Que grandes momentos de nuestro deporte mencionas en este excelente artículo. Sin fijarme en los pronósticos de aquí y de allá, siento que viviremos muchísimas más alegrías que en las ediciones anteriores, Beijing 2008, Londres 2012. Claro sin llegar a aquellas míticas cifras doradas, plateadas y bronceadas desde Barcelona 92 hasta Atenas 2004. Nuestro movimiento necesita actualización en aspectos que aún parecen detenidos en el tiempo. Somos y seremos referencia mundial en el deporte, pero hay trabajo por hacer en estos tiempos que corren que para nada se asemejan a la cuerda en la que caminaban las glorias deportivas del ayer.
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Te veo muy apasionado en los deportes y es genial que hayas seguido la ruta trazada por tu abuelo, uno de los mejores profesionales que conocí en mi vida, y también de tu entusiasta padre. Tengo esperanzas en que Cuba va a tener unos grandes Juegos Olímpicos, hay una base sembrada que no cambiará nunca.
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