Caprichosa naturaleza que ha rendido mil años de historia en un promontorio rocoso, el Monte Saint Michel es tal vez la obra más iconoclasta de Francia y, al mismo tiempo, el culto místico, religioso y medieval que resume el altruismo en función del arcángel San Miguel.
Fortaleza inexpugnable, emporio de la peregrinación, espectáculo supremo que transita con orgullo entre la ficción y la realidad.
En cifras, son apenas 960 metros de circunferencia, con una superficie de 280 hectáreas y la prominencia de 92 metros de altura de un peñasco impresionante.
Desde una vista aérea, el éxtasis viene con el componente de las irreverentes mareas entre azules, fragmentos arenosos y los verdes que acompañan a sus muy antiguas construcciones, con la abadía benedictina fundada en el año 966, en el punto máximo de las referencias.
Sólo algo más de una treintena de habitantes, consagrados todos a llenar las expectativas de alrededor de tres millones 200 mil turistas que visitan el Monte Saint Michel cada año.
El fenómeno de las mareas es prácticamente único en el mundo, a excepción de la bahía de Fundy, en Canadá. La oscilación del mar resulta de una intensidad increíble. La diferencia de altura entre el nivel de la marea baja y de la pleamar, puede llegar hasta 15 metros.
Según los expertos, son las consecuencias de la atracción gravitacional ejercida por la Luna, y en cierta medida también por el Sol, sobre la masa líquida de los océanos.
Las mareas suben y bajan en dos ocasiones en un día lunar de 24 horas y 50 minutos. La confluencia en perfecta alineación del Sol, la Luna y la Tierra señalan el fenómeno astronómico llamado «sicigia», con el cual las aguas pueden llegar a retirarse hasta 18 kilómetros de esta enorme roca que parece aislada del mundo.
De hecho, sólo un brazo de carretera lo conecta con el continente, en la región francesa de Normadía.
Luego resalta la iglesia abacial, considerada una de las obras de arquitectura más audades del período medieval.
La leyenda señala que San Auberto, obispo de Avranches, hizo levantar la primera iglesia en el año 708 para responder a un pedido del Arcángel San Miguel, que se le había aparecido en sueños.
Junto con la abadía, con el gótico predominante y algunos signos de barroco, de 1211 a 1228 se completó “La Merveille” (La Maravilla), seis locales que conforman un monasterio que recuerda pasajes de la novela de Umberto Eco “El nombre de la rosa”.
Bastilla de los mares cuando en el siglo XV devino prisión bajo el reinado de Luis XI, con irregularidades hasta su cierre definitivo en 1863. Pero queda la huella singular de una escalinata de piedra con acceso a la abadía en el costado sur, a través de la cual y con una enorme rueda, se subían alimentos y útiles requeridos en la instalación.
Laberintos de calles serpenteadas, los entresijos de tejados de piedra y fachadas de madera, gárgolas, esculturas y las anécdotas alrededor de la Mére Poulard, la mujer que daba de comer a los peregrinos y alcanzó notoriedad con sus famosas “omelettes”, siempre con la receta única de Annette Poulard.
Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, en lo cultural y arquitectónico, en latín, el “Mons Sancti Michaeli in periculo mari” es un regalo excepcional de este mundo.
Excepcional!!!! nos sentimos parte de ello.
Me gustaMe gusta
Se pudieran colocar todas las fotos posibles, de mayor o menor calidad, y siempre terminaríamos en el suspiro emocionado por el increíble sitio que es el Monte Saint Michel. Voilá.
Me gustaMe gusta
Para los israelitas el paso del mar rojo, cuando huían del faraón egipcio fue un milagro de Dios que retiró las aguas. Puede ser que esto nos ayude a entender un poco las maravillas de la naturaleza y nuestra continua capacidad de admirarnos, creo que ese sería el mejor milagro que nos pudiera pasar: encontrar siempre algo que nos SORPRENDA
Me gustaMe gusta
Entre mitos y realidades, leyendas o historias recreadas con la imaginación del hombre. Lo de las mareas, en efecto, parece obra divina, curiosamente asignada a esa pequeña-gigante masa de tierra, caprichosa en el medio del mar. Gracias por la lectura.
Me gustaMe gusta
Esta muy bonito el articulo, no tuve la oportunidad de visitarlo, espero algun día poder estar alli en esta maravilla de la naturaleza que es Monte Saint Michel y que ahora tu pluma logra transmitirnos con igual belleza.
Me gustaMe gusta
Olvidé decir que es maravilla de la naturaleza, pero además de la mano del hombre que le ha dado ese toque de distincion y belleza.
Me gustaMe gusta
En la misma medida en que «metabolizo» e indago más sobre el Monte Saint Michel, puedo entender que, en efecto, se trata de una obra arte de la naturaleza y el hombre. También del misticismo y de los enigmas insonsables que recogen en ocasiones los escritores. Pareciera el sitio más increíble que roza entre realidad e imaginación y sin embargo, ahí está, desafiante.
Me gustaMe gusta
Asombroso, impresionante, tremenda experiencia, es algo para no olvidar mientras se tenga vida. Espero mas temprano que tarde hacer el recorrido ese contigo.
Me gustaMe gusta
Ojalá y se cumpla la visita tantas veces anunciada y todavía en el éter de las ideas. Me complace que te impresionara tanto como a mi ese espectacular sitio que se llama Monte Saint Michel. Gracias.
Me gustaMe gusta
¡Gracias por ayudarnos a «visitar» ese lugar maravilloso con tus descripciones estupendas! Realmente parece un lugar de ensueño, de alta espiritualidad por la grandeza de lo construido por el hombre en armonía con la majestuosidad de la naturaleza. Gracias!
Me gustaMe gusta
Le decía a «Giulliano di Roma», como he bautizado al entrañable gordito, que desde hace algún tiempo había oido hablar del Monte Saint Michel y si bien las descripciones apuntaban a un sitio extraordinario, me impresionó sobremanera. Es una combinación como bien dices, de espiritualidad y el trazo humano, pero por añadidura si así pudiera explicarse, de la caprichosa naturaleza. Gracias por la lectura.
Me gustaMe gusta
me encanto, lugar iconoclasta, seductor, bello
Me gustaMe gusta
De esos rincones verdaderamente mágicos. Gracias.
Me gustaMe gusta
De verdad que este lugar es magnifico… Es como si estuviera sacado de un cuento de hadas…
Me gustaMe gusta
Gracias por la lectura. Y si, en efecto, el Monte Saint Michel es uno de esos sitios inolvidables. Extraordinario!.
Me gustaMe gusta
En estos momentos estoy haciendo un seminario sobre este lugar tan lindo. Ojala algun dia pudiera volver a visitarlo.
Me gustaMe gusta