
Tokio ya es historia y le decimos adiós con un respetuoso Arigato, lleno de admiración. Se abre un nuevo capítulo y damos la bienvenida con un Bonjour a París, la ciudad donde nació el olimpismo moderno de la mano del Barón Pierre de Courbertin.
Más allá del protocolo y los análisis deportivos, la dedicatoria suprema hoy en día debe ser a los japoneses. Contra viento y marea acaban de ofrecerle un ejemplo al mundo, de amor, entrega, sacrificio y dedicación.
Porque hacer ver como normal unos Juegos Olímpicos sin público en los estadios, en medio de una dificilísima burbuja para intentar mantener controlados los contagios de Covid-19, es, cuando menos, una hazaña colosal.
-PROTAGONISTAS

En lo deportivo, son tantas las proezas y decepciones que no cabrían en el resumen más lacónico imaginado. Pero hay varias ineludibles, como los récords mundiales de ondinas y tritones de la natación. Tatjiana Schoenmaker (Sudáfrica), Caleb Dressel (Estados Unidos), los relevos 4×100 libres femenino de Australia, 4×200 libres femenino de China, 4×100 estilos femenino de Australia, del ruso Evgeny Rylov en 200 espalda, del relevo 4×100 estilos masculino de EEUU, y de la posta mixta 4×100 de Gran Bretaña.

No menos relevante, la primacía del orbe y presea áurea de la triplista venezolana Yulimar Rojas; la cuarta medalla de oro del cubano Mijaín López, en lucha grecorromana; los 10 de la niñita china de 14 años Quan Hongchan en plataforma de 10 metros del clavados; el oro en tierras niponas de la española Sandra Sánchez en Kata del kárate; las siete medallas de la nadadora australiana Emma McKeon; la primacía universal del noruego Karsten Warholm de los 400 metros con vallas; y el lugar 14 de Cuba en el Medallero.

Y para completar, el ecuatoriano Richard Carapaz, campeón olímpico de la ruta; los nueve oros de Japón en judo y el éxito del equipo mixto de Francia que la arrancó la corona a los anfitriones en judo; y el título de Italia con la cuarteta 4×100 metros lisos masculino.

Desaliento, cierto drama y asombros, el revés del archifavorito serbio Novak Djokovic en semifinales en el tenis ante el alemán Alexander Zverev; la repentina retirada de la gimnasta norteamericana Simone Biles, finalmente oro por equipo y bronce en barra de equilibrio; la debacle del voleibol de Brasil, apenas plata en mujeres; y decenas de deportistas que a última hora fueron relegados a los cuartos lugares.

Una vez más, ¡Bravo Japón! Y la esperanza del regreso de las emociones y unas justas vibrantes en la Ciudad Luz, con el glamor de París.
Juegos memorables con un sacrificio enorme de Japón y de los deportistas. !Bravo! El mundo no puede ser solo de guerras y pandemias
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No me cansaré de ovacionar a los japoneses. Y como repito también constantemente, nada como los Juegos Olímpicos de verano. Aunque estos estuvieron salpicados por el coronvirus y al final, con el culebrón de Messi.
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