Valdivia, Neruda y los lobos marinos

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Santa María la Blanca de Valdivia, fundada en 1552, se antoja un destino lleno de magia con una cuenca hidrográfica de más de 130 kilómetros de cuatro ríos que confluyen y arrastran en sus corrientes a los visitantes más sui-géneris de la ciudad: lobos marinos.

Sería difícil sustraerse de la presencia de estos mamíferos que han llegado a circular por las calles de la urbe. Circundan la Feria Fluvial, de donde reciben alimentos y se cuentan por lo menos a 24 ejemplares, uno de ellos bautizado como Goloso, de 200 kilos de peso. Despiertan curiosidad y ofrecen una pincelada más al turista, aunque son peligrosos.


Valdivia es en sí misma una postal de los extremos en Chile. Vive con el terrible recuerdo del megaterremoto de mayo de 1960, con 9,5 grados en la escala de Richter, el más potente registrado con instrumentos en la historia de la humanidad. Su incidencia hizo confluir a cuatro ríos nutridos directamente del mar, lo que explica la presencia de los lobos marinos en una suerte de agua salada y dulce.

Cada río tiene su historia. Está el Calle Calle que empieza en el poblado del mismo nombre y fue denominado así por la voz mapudungun kallekalle, una planta mapuche de flores blancas. Luego el río Cruces que nace en las faldas del volcán Villarrica y se consolidó por el terremoto, actualmente lugar predilecto de los cisnes de cuello negro.

Le sigue el Cau-Cau, al norte de la Isla Teja y accidentalmente célebre por la construcción de un puente móvil, cuyos brazos fueron instalados al revés. Finalmente funciona desde 2018, pero con limitaciones. Y por último el Valdivia, que nace en la ciudad y desemboca en la Bahía Corral.

El clima no es precisamente su punto más atractivo, con largas temporadas de lluvias, pero así y todo puede vanagloriarse de ser considerada una de las ciudades más bellas de Chile.

A dos horas y media de camino, el Parque Futangue deslumbra su vegetación exuberante y árboles únicos incluido el Canelo, sagrado en la mística de los mapuches: son los bosques de las selvas de Valdivia por donde una vez Pablo Neruda se vio forzado a escapar hacia Argentina.

La Cuenca del lago Ranco, integrado por las comunas de Paillaco, Futrono, Lago Ranco, Río Bueno y La Unión, se antoja la suma de bondades de la naturaleza que abarca numerosos saltos de agua y paisajes montañosos con el toque de Los Andes Patagónicos adornados por la nieve.

Entre ríos y humedales, Neruda debió refugiarse para luego escapar a caballo ante la persecución del gobierno de González Videla en 1948, una historia rescatada por Ramón Quichiyao, al conocer a uno de los arrieros que ayudó al Premio Nobel de Literatura.

Quichiyao fue un escritor y profesor chileno, de raíces mapuches, quien en 1999 organizó y coordinó el proyecto «Un camino en la selva, un paso a la libertad”, para recordar la huída de Neruda por esta región.

Su sobrino Hardy Cárdenas, guía turístico, contó de los episodios de Neruda aquí y de cómo gracias a la inspiración y denuedo de Quichiyao el tema dio lugar a un documental y más recientemente una película en 2015 de Pablo Larraín, con el nombre del afamado escritor.

-LOBOS Y PENDULO

Parece surrealista, pero una ciudad casi invadida por lobos marinos se antojaría delirio visual en el siglo XXI, a menos que se camine por la Feria Fluvial de Valdivia, en el sur de Chile.

No son pequeños ni siempre cordiales. Sus corpachones y enormes cabezas reposan plácidamente en largas siestas con el alimento, literalmente, a flor de boca. Algún intrépido perro se atreve a desafiarlos, pero un bramido los paraliza de inmediato. Pertenecen por derecho propio al paisaje de la urbe de poco más de 150 mil habitantes.

Sin muchos argumentos científicos, al grupo habitual de los también llamados otarios de la Patagonia se les colocaron dos balsas en las inmediaciones del mercado fluvial. Son los más sedentarios y se acostumbraron a visitar el sitio todos los días para recibir alimento. Hubo que colocarles rejas para que no siguieran invadiendo la ciudad.

Cuentan que en 2006, Goloso le hizo pasar un enorme susto al entonces político del partido Renovación Nacional y luego dos veces presidente de Chile, Sebastián Piñera. Escapó milagrosamente de una poderosa dentada del mamífero pinnípedo.

Valdivia, capital de la región de Los Ríos, parece el entorno por excelencia de los lobos marinos. Julio Lamilla, profesor de la Universidad Austral y doctor en Ciencias Biológicas, considera peligrosa la convivencia de estos mamíferos con la población.

Si bien son respetados por la mayoría de la gente, algunos los molestan. Una mordedura de un lobo marino puede ser trágica. Detrás de sus rostros bonachones hay una fornida anatomía y poderosos dientes, además de la amenaza de epidemias o enfermedades poco conocidas.

-Hay muchas personas que se divierten observando a los lobos marinos. Sin embargo, también hay una gran cantidad que va directamente a molestarlos, lo que a la larga puede traer algunas complicaciones. Ellos son animales salvajes, argumenta Lamilla.

A poca distancia, se levanta una de las maravillas de Valdivia. Se trata de uno de los 42 péndulos de Foucault existentes en el mundo, que se utiliza para demostrar la rotación de la Tierra y fue inventado por el físico francés Léon Foucault en 1851.

Es el elemento central de la Costanera de la Ciencia y sobre la torre octagonal del péndulo se encuentra el “Faro Péndulo”, histórico instrumento de ayuda a la navegación que iluminó, de 1896 a 1986 el faro Morro de Niebla, en la Bahía de Corral.

Junto con la avidez de conocimiento que ha sido una constante en la vida de los valdivianos, el estilo bohemio y la impronta cultural distinguen aún más a la ciudad. Es probablemente una de las principales cunas de la cerveza de Chile, con un evidente acento alemán.

La cerveza Kunstmann es una de las mejores del país austral. Surgió de la mano del colono germano Carlos Anwandter en 1851, la tercera fábrica de gran nivel en Chile al lado de las fundadas por el irlandés Andrés Blest y el argentino Vicente Moren. El caso es que la bebida ambarina es asimismo un sello de distinción de Valdivia, de esa y otras marcas.

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