Suspiran por ella más de un centenar de canciones y poemas, como si su magia escondiera las imperfecciones. La Habana o Havana, como ha sellado también su nombre en el firmamento la capital de Cuba, es una oda al tiempo.
Aún en medio de avatares económicos, conserva el orgullo de una isla del Caribe que por pequeña, se afirma en la grandeza de transpirar música, ron, tabaco, historia, naturaleza, mujeres hermosas y cadencia cultural.
Havana oh nana, Half of my heart is in Havana, dice la ascendente cantante Camila Cabello, de padre mexicano y madre cubana. Y si esta chica de 21 años afincada en Estados Unidos resalta que la mitad de su corazón está en La Habana, otros muchos famosos no han quedado tampoco indiferentes ante el glamour de la urbe que cumple 500 años de fundada en noviembre de 2019.
Es probablemente una las ciudades del mundo más referenciadas en el cine, aunque muchas veces en escenarios semejantes por razones de distinta índole, esencialmente políticas. La segunda parte de la célebre saga de El Padrino, de Francis Ford Coppola, desarrolla varios sets en La Habana.
Pero en realidad Al Pacino y sus compinches debieron rodar en República Dominicana. La película, de todos modos, fue una excelente oportunidad para conocer como se iba a repartir la capital cubana entre la mafia.
El Séptimo Arte ha tenido decenas de capítulos de amor con La Habana y en su larga cartelera aparecen, entre otras, Últimos días en La Habana; 7 días en La Habana; Cosas que dejé en La Habana; Habana Blues; Suite Habana; Habanastation; Habana (de Sydney Pollack y con Robert Redford): Dirty Dancing: Havana Nights; y más recientemente Rápidos y Furiosos 8.
Se hizo además irresistible para las luminarias y abrió los brazos a Annette Bening, Kevin Costner, Robert de Niro; Jack Nicholson; Rolling Stones; Beyonce; Kathy Perry; Rihanna; Madonna; Kevin Spacy; Marissa Tomei; Matt Dillon; Natalie Portman; Isabelle Hupert; Benicio del Toro; Michael Douglas; Sean Penn; Gérard Depardieu; Kim Kardashian y Kanye West.
Con la música se puede establecer un símil que no tendría nada que envidiarle al cine. Hermosa Habana (Los Zafiros); Habana (Fito Páez); Habáname (Carlos Varela); Havana (Camila Cabello); Locos por mi Habana (Manolito y su Trabuco); La Habana si (Los Van Van); Hoy mi Habana (Xiomara Laugart); y Andar La Habana (Ireno García) que junto con Sábanas blancas (Gerardo Alfonso) nos recuerda al inconmensurable historiador de la ciudad, Eusebio Leal.
Luego, desde Enrico Caruso, el notable tenor italiano, hasta hace poco Armando Manzanero, Alejandro Fernández y Gilberto Santa Rosa.
-MAGNETISMO HABANERO
Fundada en 1515 pero con asiento definitivo en su ubicación actual en 1519, la última de las siete villas que debe su origen al conquistador español Diego Velázquez fue bautizada como San Cristóbal de La Habana, en honor al vocablo indígena Habana, con el cual los lugareños conocían esas tierras.
Empero, se trata apenas de un asomo a la verdad histórica, porque probablemente fue una interpretación de los españoles que no entendían bien el vocabulario indígena. Entonces pudo ser Haba, Faba, Saba, Abana o Abanatan.
Al final, el despistado descubridor Cristóbal Colón le daría el toque definitivo a la Isla que dicen calificó como “la tierra más hermosa que ojos humanos han visto”, en realidad un halago similar a los que había hecho de otros enclaves del Caribe.
Más allá, es una denominación contagiosa. Habanos, por los puros del glamoroso tabaco; Havana Club, el no menos conocido ron; Havanna, una famosa marca argentina de alfajores; y más en boga con los tiempos, el color Habana, cercano al matiz original del papel.
A La Habana le pueden faltar muchos atributos en la era de la ultramodernidad. Sin embargo, no necesita de aditivos para ser auténtica.
Sentados en sus muros o en agradables paseos por el Malecón, el mar es el mayor cómplice de la ciudad.
Con una extensión de ocho kilómetros, el Malecón atesora un cofre de recuerdos, anécdotas e historias personales, de familias, turísticas, románticas, dramáticas y culturales. Al borde del mar, con una puesta de sol espectacular, poetas, escritores y enamorados hilvanaron sueños.
Luego, La Habana Vieja, subestimada durante mucho tiempo. Un amigo alemán me decía hace tres décadas que imaginar los balcones y edificios antiguos restaurados, haría de la zona uno de los tesoros del continente americano.
Confieso que me costaba trabajo entenderlo, hasta que el milagro comenzó a dibujar su silueta. Aquellas instalaciones desvencijadas o maltrechas que parecían condenadas a su extinción, impresionan en tanto Patrimonio de la Humanidad.
Así, aquel entorno alrededor del siempre bello Gran Teatro de La Habana, ahora Alicia Alonso con una renovación exquisita; el remozado Capitolio; la Manzana de Gómez; la Lonja del Comercio; el Paseo del Prado; el Morro; la calle Obispo; la Plaza de la Catedral de La Habana; Mercaderes; Empedrado y todas sus intrincadas callejuelas, recuerdan el esplendor acompasado de la urbe.
La Esquina Caliente (el hormiguero de fanáticos de los deportes); la Casa Natal de José Martí; la Bodeguita del Medio; el templo de San Francisco de Asis; el Callejón de Hamel; la heladería Coppelia y el Vedado; el Cristo de La Habana; las Playas del Este; Miramar; el Cañonazo de las Nueve de San Carlos de la Cabaña; y Cojímar, con el fantasma de Ernest Hemingway en todas partes…
«Habana tu piel, tu carruaje de delirios me enamora», como diría Fito Páez.
La Habana se quiere y se recuerda , y también duele cuando no puede ser tan bella como merece
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Buen comentario, lo suscribo por completo. Gracias.
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gran verdad! siempre que llego lloro….y siempre que me voy también…la vida dura del emigrante…
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Linda reflexión, muy precisa….gracias por la lectura.
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Pingback: La Habana, Havana, un suspiro – ASÍ SOMOS Y AQUÍ ESTAMOS
Una ciudad muy hermosa, agradable y con gente increíble, sin embargo lo que es encanto para muchos turistas es también atraso. Ojalá y puedan salir adelante los cubanos.
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Ciertamente, es el panorama existente. Aún así, queremos mucho a esta bella ciudad.
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Descripcion pintoresca, de una ciudad que con cerrar los ojos la igmaginas en tu mente, ese mar amparado por ese Malecon que no deja a nadie impavido y por el que hemos pasado y disfrutado todos, un atardecer, una ola gigante, o un encuentro de amigos sus habitantes siempre amables, abiertos y llenos de esa hospitalidad caribeña que te envuelve. Recreas muy bien el entorno y la vida que se respira dia a dia. Si me preguntas que encuentro a faltar, te diria sin dudarlo e independientemente de todas las personas que llevo conmigo en el corazon. Su mar y su cielo, unico por esas nubes de algodon llena de formas hechas a tu igmaginacion, y como no un amanecer o un atardecer, es gloria bendita. Te recomendaria si un dia te apetece, escribir sobre el Tunel de La Habana, tiene una historia interesante y es una maravilla de ingenieria civil para su época.
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Gracias una vez más por tus comentarios. De La Habana tengo que escribir con el corazón, del amor que le tengo y lo que me duele no verla siempre embellecida como merece. De tu sugerencia, es una buena idea. Me falta tiempo para completar todo lo que me gustaría escribir. Agradecido siempre por la lectura!
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Reblogueó esto en Un lunar en la punta de la narizy comentado:
Que no decirle a La Habana, espléndida y llena de magnetismo contra vientos y mareas. Ciudad de amores, música y cadencia. ¡500 años!
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Hermoso artículo,merecido además. Sumo un pequeño detalle,el mejor aguardiente de Brasil se llama Havana.
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La Habana, inspira, su nombre y sus proyecciones rebasan sus esencias. También vale su propia misa.
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