Para Navidades y Fin de Año, lo deseable son variedades en las mesas y un amplio inventario de bebidas, con el vino de invitado por excelencia y la cerveza como acompañante no menor de las celebraciones. Y la familia, los amigos.
Festejar, un acto de fe por la vida, la oportunidad de subrayar el colofón de un año. El nacimiento del Niño Jesús, motivo de celebración también para los no creyentes y, no obstante calamidades, penurias y tristezas para muchos, el privilegio de permanecer en este mundo.
Nos volvemos obsesivos o consagrados en temas de apariencia fútil, en virtud de que simplemente a lo largo de los 365 días que casi siempre tiene un año, no son muchas las ocasiones para valorar el amor por la familia y los amigos. Así de linda puede ser la Navidad si la vida lo permite.
La superficialidad se antoja intencional. Y aunque en el repaso del tiempo vivido vendrán recuerdos, pasajes nostálgicos y hasta terribles según cada historia personal, sería recomendable pasar la página, sin olvidos; elevar la mirada y posarse en el horizonte con algún hálito de optimismo.
Es curioso como incluso en las sociedades asiáticas que se rigen por el calendario lunar y no el gregoriano, se suman a las celebraciones, aunque sin el mismo toque de distinción de pavos y cerdos asados, ni tampoco del vitis-vinífera.
Sin embargo, tampoco todos siguen un guión estricto, salvo los estadounidenses y canadienses que sin pavo, no existiría el famoso “Thanksgiving” (Día de Acción de Gracias), ni tampoco la Navidad. Pero igual hay gente que cambia los menús, y se adhieren mejor a la exquisita paella, asados de pescado o variedades de mariscos.
A los cubanos nos enseñaron los españoles que no podía faltar el turrón y mis abuelos Idelfonso y Julio hacían a su modo referencias especiales a los de Jijona, Alicante o de Yema, salpicados de algunas notoriedades del Caribe.
-VINOS Y CERVEZAS-
Hace poco tuve el honor de probar un vino de 180 dólares la botella. Después de escuchar toda la parafernalia de las virtudes de un exquisito blend (Cabernet de Sauvignon, Merlot y Syrah) , terminé asintiendo con la cabeza para admitir, una vez más, que la fama y los precios hacen milagros.
En verdad, una joya chilena de la Viña de San Pedro nombrada Altaír 2010, con un ensamblaje que domina el Cabernet de Sauvigon del Valle Cachapoal. De taninos robustos, es un vino de carácter que se expande generoso en la boca y deja sensaciones inolvidables, más si se logra acompañamientos de buenas carnes.
Sería interesante repetir la experiencia, pero no es imprescindible. Hay otros excelentes vinos chilenos muy recomendables. Sin entrar en detalles, mis consejos apuntan hacia los Santa Ema; Concha y Toro; Millamán; Misiones de Rengo; Matetic, Balduzzi; Santa Rita y Carmen; Casas Patronales; Undurraga; Casa Silva (…).
Para el repaso, un periplo por la elegante Casa Piedra de Santiago de Chile en la Fiesta de los Vinos que sirve para escuchar una queja llena de paradojas: el bajo consumo de la bebida de los dioses por los chilenos y la necesidad de elevar su cultura en este dominio, en la actualidad uno de los emblemas del país austral.
De curiosidades, la cerveza que uno siempre asocia a los imperturbables alemanes (Raderberger, Beck, Schlappe-Seppel,Bitburger, Waldhaus Spezial Gold…), los checos con su Urquell Pilsner y Budweisser; Holanda con su sacrosanta Heineken y Dinamarca con su Carlsberg, por solo mencionar algunas.
Sin embargo, no son pocas las bellezas de otros lares, como por ejemplo en dos países del sur que he tenido el placer de conocer y “descubrir” que pueden ser muy competitivos en el mercado de la cerveza: Sudáfrica y Chile.
Sudáfrica, por cierto toda una potencia en vinos, tiene en su fabuloso espectro de Nación Arcoiris como la definió Nelson Mandela, una tradición que llegó con los holandeses y alemanes, y luego ingleses, por lo cual muchas de sus marcas son una extensión de las famosas.
Además de Castle, Lion Lager y Milk Stout, los sudafricanos producen la mayor cantidad de Heineken del mundo y también buena parte de la Hansa y la Beck, ambas de sello original germano.
Pero en Chile, cantan otros gallos. Hay una colección de notable calidad que sin dudas se relaciona de cierto modo con ancestros germanos en tierras australes de Sudamérica y suenan algunas marcas enrevesadas de nombre y alto nivel: Kunstmann, Bio Bier Bock, Kross Pilsen, Becker, junto con la muy popular Escudo y la excelente Austral.
Mi Hermano, Le Moñé Madiva Bachelet, te felicito por tan extraordinario artículo sobre la navidad.
Me gustaMe gusta
Gracias, acabo de actualizarlo con un detalle que me pareció insoslayable. Un divertimento para relajar. La de la foto es Andrea, la nueva princesa de mi vida.
Me gustaMe gusta
Ciertamente debemos, en lo posible, dejar atrás la mala vibra, pero a veces la propia vida no nos deja
Me gustaMe gusta
Así es. Complicaciones y problemas no faltan. Pero como bien dice, en lo posible, aprovechar para al menos dar gracias a la vida.
Me gustaMe gusta
Muy lindo artículo, la época navideña nos hace reflexionar
Me gustaMe gusta
Muchas gracias Adela. Es realmente así. Que disfrute!
Me gustaMe gusta
Que ternura esa niña con el perro! Los niños ofrecen lo mejor de la humanidad y ojalá fuesesemos capaces de imitarlos.
Me gustaMe gusta
Pues sí, la infancia es la edad de oro de la vida. Por ello debemos batallar para tener mejor futuro.
Me gustaMe gusta
Detalles en asuntos tan terrenales como la Navidad, aunque ciertamente uno tiende a llenarse de euforia o pesimismo. Me lo tomo tranquilo y busco un espacio para sentirme a gusto con la vida y con la familia. Linda la foto de la niña y el perro.
Me gustaMe gusta
La obra de Neruda es literalmente inconmensurable y uno no cesa de admirarla. Sin embargo, también es nuestro deber conocer su final con la verdad, en un país donde la dictadura cometió numerosas atrocidades.
Me gustaMe gusta
Los sueños de Navidad ofrecen sensaciones diferentes y a veces extrañas, pero la familia es algo fuera de dudas, o al menos así debería ser. Por cierto, es suya la foto de la niña, porque es muy original!
Me gustaMe gusta
La Navidad es una de las épocas para mi más hermosas del año. Y la foto no es mía pero anda cerca. La niña se llama Andrea.
Me gustaMe gusta