Valle de Casablanca, Chile.- Antes, el Sauvignon Blanc EQ 2015 deja agradables sensaciones frutales y de textura, luego el Syrah EQ 2012 desliza su sabor especiado y acidez con elegancia, como para confirmar en la práctica la calidad de los vinos orgánicos Matetic.
El Syrah es la huella digital de Matetic, al decir de su enólogo principal, pero el Sauvignon Blanc vuela también muy alto. Joyas de una viña joven, fundada en Chile en 1999 en medio de hermosos valles del centro del país.
Se ubica en la zona costera de Casablanca y San Antonio, décima capital mundial del vino que incluye Bilbao-Rioja, Burdeos, Christchurch-South Island, Ciudad del Cabo, Florencia, Mainz-Rheinhessen, Mendoza, Oporto y San Francisco-Napa Valley.
Es en la ruta del vino, emporio por excelencia de los Premium de Chile. En este sentido Matetic no esconde su orgullo: los Corralillo parten de unos 20 dólares la botella, mientras los EQ (que significa equilibrio, balance), comienzan desde 40 dólares.
Para completar la colección, aparecen los icónicos Matetic Reserva, en las ligas mayores a partir de 80 dólares la botella.
El enclave de Viña Matetic, cerca de Valparaíso, está a 25 minutos de Isla Negra, donde yacen los restos de Pablo Neruda en una de sus Casas-Museo. Por cierto, el Premio Nobel de Literatura era un amante apasionado de los vinos, a los cuales dedicó algunos poemas.
-SECRETOS ORGANICOS-
La idea de hacer las bebidas de carácter orgánico y biodinámico (ecológicos) no es en modo alguno una consigna. Ovejas pastando dentro de los cultivos de uvas ofrecen una imagen bastante amigable con la naturaleza.
-No están ahí para impresionar a los visitantes, son parte indispensable del proyecto, explican sonrientes el Gerente General, Arturo Larraín, y el Enólogo Jefe, Julio Bastidas.
Viña Matetic, que debe su nombre a una familia chilena de ancestros croatas, utiliza más de dos mil animales para conservar sus cosechas en estado absolutamente natural.
Cuarta generación de los Matetic, llegaron al país sudamericano cuando Croacia pertenecía al imperio austro-húngaro, con una línea también de Asturias por la parte materna. Jorge Matetic fue el impulsor de esta iniciativa de vinos.
-Nuestros viñedos se benefician de la ventilación costera, brisas y temperaturas frescas. Durante el verano los termómetros no sobrepasan los 23 o 24 grados Celsio, idóneo para variedades clásicas como el Chardonnay, Sauvignon Blanc y Riesling en los blancos, argumenta Bastidas.
-Beneficia por supuesto a los Pinot Noir en los tintos y los suelos son muy propicios para el Syrah. Precisamente el suelo es básicamente de cuarzo, roca de granito, que por definición no son fértiles, pero tienen un gran drenaje y es bueno para la agricultura orgánica.
-Por todo eso la parra crece en equilibrio, balanceada y se beneficia de una tierra con mineralidad, además de que no crece fertilizada y le permite otorgar mucho sabor a la fruta. La tierra se transforma en esponja y aprovecha mejor lo que le damos.
Les pregunto de la rareza de desarrollar Riesling, que es una uva con cierta exclusividad de Alsacia, la más alemana Gewurztraminer y específicamente el caso de la Syrah, que proviene de muchos orígenes.
Me cuenta Bastidas que Jorge Matetic hizo ensayos con asesores de California que dieron por resultado la viabilidad de la zona para cultivar variedades de climas fríos.
-Hizo una apuesta muy jugada con el Syrah, que había llegado a Chile entre 1990 y 1993 pero de uva australiana. Sin embargo, la familia Matetic encontró algunas zonas de Francia similares a la de sus viñedos y prefirió las cepas del Ródano, a diferencia de otros proyectos chilenos que apostaron a clones australianos.
-Así nos quedamos con el Riesling de Alsacia y el Gewurztraminer de la zona de las fronteras con Italia. Luego, los franceses Pinot Noir, Chardonnay y Sauvignon Blanc, con algunas de Cabernet Franc.
En resumen, fuimos los precursores en Chile del Syrah de clima frío.
La máxima de cero químicos parece cumplirse absolutamente y las proyecciones de viña orgánica y biodinámica son perceptibles.
Ovejas, gallinas, gansos y vacuno hacen el trabajo en la tierra de limpieza y también combaten a las plagas. Bastidas abunda acerca del asunto.
-El suelo necesita de compostajes (abono orgánico) y de varias formas logramos nutrirlo con elementos extraídos de la naturaleza y de los animales. Se recolectan flores de manzanilla y otras plantas medicinales, que se concentran y fermentan con desechos animales y luego se entierran, para devolverle a la tierra sus capacidades.
-VINOS Y TURISMO-
Chile posee en la actualidad más de 130 mil hectáreas plantadas de cepas para vinos, con de 250 a 300 casas de grandes, medianos y pequeños productores, con rutas destacadas en el Maule, Colchagua y Casablanca.
Matetic tiene 160 hectáreas de viñedos costeros y se consagra solamente a vinos de alta gama de precios, con una producción de 58 mil cajas al año y exportaciones a 32 países.
Una degustación del Syrah EQ 2012 permitió apreciar la calidad de un producto sustentable, que mereció en 2015 el Premio como Mejor Vino Biodinámico del Mundo por el concurso International Wine Challenge de Londres.
Como prueba inequívoca del compromiso con el medio ambiente, sobresale la bodega, diseñada en conjunto con el arquitecto noruego Laurence Odfjell, con capacidad para almacenar 300 mil litros y con un diseño de flujo gravitacional.
El remanso de paz que se respira en el trayecto tiene todavía reservado un toque de distinción. Pequeños estanques con animales, rodeados de espléndidas áreas verdes adornan el paisaje hasta llevarnos primero a un restaurante cinco estrellas, Equilibrio, preámbulo del hotel boutique La Casona.
La comida y los vinos logran el maridaje ideal, para al rato apreciar el lujo campestre de las siete habitaciones de La Casona, que nos muestra la gerente de Turismo de Matetic, Constanza Moya.
Todo no es color de rosas. De nuevo los precios de comidas y alojamiento les hacen la competencia a las excelencias de los vinos. Para un fin de semana en La Casona y la viña, prepare bien su chequera.
Vinos orgánicos parece una buena apuesta, aunque los precios no lo acompañen y ese es hoy el problema con todo lo que intenta hacer mejor este Planeta.
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Exacto, ese es el problema en la actualidad. Lamentablemente quienes gozan de bolsillos abundantes, pueden andar siempre listos para los productos bio.
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Con los vinos orgánicos pasa lo mísmo que con todos los productos bio, muy caros. De todos modos es una buena iniciativa lo de Matetic
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Así es, cosas de este mundo. Las buenas intenciones pasan y terminan por el tema de costos y ganancias. Lo cual en definitiva abre las puertas a las disparidades otra vez. Pero son deliciosos los vinos de Matetic, se lo aseguro, aunque haya sido una degustación excepcional.
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Es difícil distinguir entre los vinos orgánicos niveles de calidad, pero viendo una Viña como Matetic, al menos sabemos que son mucho más saludables
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Los sabores y gustos dan el toque final. Ciertamente es difícil distinguir, pero lo que si es evidente, es la calidad de los vinos Matetic.
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