Se requiere de mucho valor para enfrentar fantasmas y enigmas insondables que nos persiguen en la vida, atrapados dentro de una misma familia en baúles de recuerdos inaccesibles, desterrados por el dolor y la tristeza.
Marcia Tambutti quería traer de vuelta a su abuelo de alguna forma, un abuelo llamado Salvador Allende. Fue tal su obsesión, que estudió cine, se consagró durante ocho años al Séptimo Arte y logró una obra magistral.
Tenía dos años cuando el sangriento golpe de estado de Augusto Pinochet, el 11 de septiembre de 1973, desbancó al Gobierno de la Unidad Popular de Allende. Su madre Isabel se había dirigido al Palacio de La Moneda ese día luctuoso para la historia de Chile.
También lo hizo su tía Beatriz (Tati) y a ambas “Chicho”, como le decían cariñosamente a Salvador Allende, las mandó de vuelta ante el inminente peligro.
De ese día Marcia Tambutti sabe sólo lo que le han contado la familia, los amigos, la prensa. Pero quería ir más allá y le tocó entonces derribar muros herméticos, levantados para que los pesares no hicieran más daño a su gente.
Con evidente acento mexicano, su patria adoptiva, y una intensidad en su verbo admirable, la realizadora, aún con el premio del Festival de Cannes 2015 El ojo de oro, se sentía muy nerviosa ante el estreno de la cinta en Chile. Así y todo, fue bastante expresiva.
-Preferí el documental porque pienso es un género telúrico que permite poner sobre la mesa temas de los cuales no se ha reflexionado.
–Me daba miedo abrir heridas, hurgar en la familia, el rechazo y la incomprensión. Fue difícil con mi increíble y muy sensible con abuela (Hortensia Bussi) y hasta con mi madre (Isabel Allende, en la actualidad senadora y presidenta del Partido Socialista).
-PERSEVERANCIA ALLENDE-
Para lograr una obra redonda, que parece salida de la mano de una cineasta de larga experiencia, Marcia Tambutti A. (como se hace firmar) necesitó ser incisiva, con dulzura, pero decididamente frontal en sus pesquisas como me lo cuenta.
–Encontrar imágenes de un “Chicho” durmiendo siesta, en la playa, de vacaciones, imágenes inéditas, descubrir que había todo un archivo de fotos familiares de mi abuelo, fue algo muy impactante. Era como algo que existía en una dimensión de la cual todos se distanciaban.
La propia historia que cuenta Marcia en 90 minutos muestra claramente el perfil trágico de su familia. Su tía Tati (Beatriz, médico cirujano), que era la “fuerza vertical revolucionaria” de Allende terminó suicidándose en Cuba en 1977; lo mismo que Gonzalo (en Santiago de Chile), el hermano de Marcia, en 2010.
Maya Fernández, hija de Tati, es actualmente diputada socialista en Chile. En la película y en la vida real esta mujer bonachona, con el dibujo de una sonrisa que pretende ser alegre, no puede ocultar el drama que lleva dentro.
Termina entendiéndose con su prima Marcia, quien es además la madrina de uno de sus hijos y es una de las miradas positivas finales del documental, de fuerte carga emocional.
Las últimas imágenes en vida de Hortensia Bussi (fallecida en 2009), la valiente Tencha, viuda de Allende; diálogos difíciles e incómodos; y el perfil más amplio de un hombre honesto que soñó con dar a Chile un futuro mejor resumen el material.
Marcia Tambutti me comparte algunas de sus reflexiones a propósito de mis preguntas finales.
-El documental te remece, vibra y este género en Latinoamérica viene creciendo. A mí jamás se me ocurriría ficcionar diálogos que en el fondo muchas veces son como maniqueos.
-Encuentro que hay una belleza en la realidad, y hay que tener esa flexibilidad de fluir con lo que te encuentres y no solamente con lo que pensaste que podría suceder en una película como todo controlado, sino dejar que las cosas aparezcan.
-Esta película es íntima pero es transparente y pienso que la transparencia es lo que desnuda el espectador y lo involucra.
El Allende intimo, familiar, que para mi inicia lejano y acaba siendo mucho más cercano.
-El mejor premio me lo dio mi familia, con la aceptación y la ayuda que me ofreció.
Debe ser una historia triste por todas las desgracias de esa familia
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Es una historia triste pero tan real que conmueve y envía un mensaje tácito para que nunca más se repitan cosas tan atroces como lo ocurrido en Chile.
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Los invito a conocer aspectos en profundidad de los hechos historicos del magnicidio y post magnicidio del presidente Allende en http://www.allendevive.cl
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Otro asunto que no parece muy esclarecido en Chile. El documental tiene el mérito de poner sobre la mesa realidades íntimas y también un perfil más amplio de Allende.
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Una de las historias de la vida real más estremecedoras. Conociendo un poco de lo ocurrido con los Allende Bussi, la verdad que lo que resta es respeto y admiración. Y que no se repiten en Chile ni en ninguna parte golpes de estado.
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Pienso que esa es la idea de Marcia Tambutti y de su familia. Mostrar sin ser lapidaria y llamar a la reflexión de un país donde todavía no se han cerrado las heridas y aunque pueda parecer increíble, hay pinochetistas abundantes.
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Chile es un país con heridas abiertas y medios muy alineados con la derecha y el pasado con la dictadura. El documental hace bien ahora
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Es cierto todo lo que dice. La batalla de 42 años ha sido larga, pero creo que falta mucho para neutralizar a los indignantes amigos de Pinochet.
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Documental sensible y emotivo que tuve la oportunidad de ver en Cannes. Invita a conoce más a la figura de Salvador Allende y de lo que pasó en Chile
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Es muy íntimo y a la vez amplio en su proyección. Un documental que interesará bastante a los chilenos y espero que a mucha gente en el mundo.
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