La llaman “omelette” y es uno de los platillos más populares del mundo, aunque en verdad nada como la suculenta tortilla española. Sin embargo, ni de Francia, ni de España, su origen se remonta a la prehistoria, al Imperio Persa o Aqueménida.
Abarcaba entonces a Irán, Iraq, Afganistán, Turkmenistán, Turquía, Chipre, Uzbekistán, Líbano, Siria, Palestina, Israel y Egipto. En otras avenidas de tesoros, la Mére Poulard y el impresionante Monte Saint Michel aportaron imaginación.
Caprichosa naturaleza que ha rendido mil años de historia en un promontorio rocoso, el Monte Saint Michel es tal vez el culto místico, religioso y medieval que mejor resume el altruismo en función del arcángel San Miguel.
Umberto Eco, escritor, filósofo italiano, erudito con todas sus letras, pudo haberse inspirado en esta fortaleza inexpugnable, sobre todo en su abadía, para recrear su célebre novela El nombre de la rosa.
Emporio de la peregrinación, espectáculo supremo que transita con orgullo entre la ficción y la realidad, nos transmite también un curioso anecdotario sobre una mujer llamada Annette Poulard, creadora de una receta única de las “omelettes”.
La Mére Poulard alcanzó fama por dar de comer a los peregrinos. Batiendo por separado las claras y las yemas de los huevos, elaboró una tortilla u omelette, esponjosa, de más espesor, que en la actualidad puede costar 75 euros si viene rellena con langosta y trufas de papas.
Existe, por supuesto, un restaurante desde 1879 en el Monte Saint Michel con el nombre de La Mére Poulard, autografiado en las paredes entre otros por Ernest Hemingway e Yves Saint Laurent.
-LEYENDAS Y BICICLETAS
En cifras, son apenas 960 metros de circunferencia, con una superficie de 280 hectáreas y la prominencia de 92 metros de altura de un peñasco impresionante. Tantas bondades no siempre conocidas en el mundo, merecen mayor resonancia.
Esta postal en ocasiones luminosa y espléndida, o gris y enigmática, será el punto de partida del afamado Tour de Francia del ciclismo, uno de los eventos más promocionados del universo que combina a la perfección proezas del pedal y paisajes.
Desde una vista aérea, el éxtasis viene con el componente de las irreverentes mareas entre azules, fragmentos arenosos y los verdes que acompañan a sus muy antiguas construcciones, con la abadía benedictina fundada en el año 966, en el punto máximo de las referencias.
El 2 de julio de 2016, en el umbral del Monte Saint Michel, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, se dará el pistoletazo de arrancada de la 103 edición del Tour de Francia, con una etapa de 188 kilómetros.
Terminará nada menos que en la playa de Utah-Beach, célebre con el desembarco de Normandía de los aliados en la Segunda Guerra Mundial, excepcionalmente recreado por Steven Spielberg en la película Salvar al soldado Ryan.
Un acontecimiento inusual para los algo más de 35 habitantes del Monte Saint Michel, consagrados todos a llenar las expectativas de alrededor de tres millones 500 mil turistas que visitan el islote cada año.
La oscilación del mar resulta de una intensidad increíble. La diferencia de altura entre el nivel de la marea baja y de la pleamar, puede llegar hasta 15 metros.
Según los expertos, son las consecuencias de la atracción gravitacional ejercida por la Luna, y en cierta medida también por el Sol, sobre la masa líquida de los océanos.
Las mareas suben y bajan en dos ocasiones en un día lunar de 24 horas y 50 minutos. La confluencia en perfecta alineación del Sol, la Luna y la Tierra señalan el fenómeno astronómico llamado “sicigia”, con el cual las aguas pueden llegar a retirarse hasta 18 kilómetros de esta enorme roca que parece aislada del mundo.
la famosa mère poulard ,mi gran tocaya que bien leer este post ,muy interesante
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Veo que te apasiona el tema, creo que por la omelette y los recuerdos del Mont Saint Michel. También las Annette, ja.
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Entre el placer del Monte Saint Michel y la tortilla española parece incluso un bello ensamblaje aun cuadno respeto la receta Poulard.
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De acuerdo, la exquisita tortilla española de la cual son fan. El Monte Saint Michel, un increible regalo místico y de la naturaleza
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Los recuerdos y los sabores, dos acompañamientos armoniosos
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Algo así como la magdalena de Marcel Proust. Gracias por la lectura.
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Me han hablado mucho del Monte Saint Michel. Un lugar a visitar en cuanto las finanzas lo permitan.
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Pues no lo piense 2 veces si las finanzas las respaldan.
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Pues he preguntado a conocidos y extraños, incluyendo a franceses, y vamos, que la tortilla española es la mejor del mundo.
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Yo la prefiero también, sólo que la receta de Madame Poulard es interesante.
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Volver al Monte Saint Michel es uno de mis sueños que espero lograr en 2016
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Uno de los sitios emblemáticos más espectaculares del mundo.
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Las mareas y todo el misterio seguramente con historias de monjes y aldeanos
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Un conjunto de enigmas y maravillas, desde la construcciòn del templo, las famosas omelettes, los monjes y por supuesto, la prodigiosa naturaleza.
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