En otros tiempos a Jean Michel Boursiquot le hubiese bastado gritar ¡eureka! Pero su hallazgo fue menos espectacular, aunque bastante significativo para el ámbito vitivinícola: una cepa desaparecida del mundo en la segunda mitad del siglo XIX, era redescubierta en Chile.
Todavía diamante sin pulir, tesoro de incalculables potencialidades, el vino Carmenére de Chile es protagonista de una curiosa historia de amores y despechos después de ser rescatada por el ampelógrafo francés Boursiquot el 24 de noviembre de 1994 en Viña Carmen.
Ingeniero agrónomo con un doctorado en el Instituto de Altos Estudios de la Viña y el Vino de Montpellier, el experto en ampelografía que se encarga de identificar y describir la vid con sus variedades y frutos, conversó con Un Lunar (…) a propósito del seminario organizado en la capital chilena.
En realidad, la Carmenére, como insiste en así denominarla Boursiquot, se extinguió en Europa y en particular en su natal Médoc, Burdeos, en Francia, como consecuencia de la plaga de la filoxera en la segunda mitad del siglo XIX.
La plaga de la filoxera (insecto parásito de la vid) atacó primero a Francia en 1863, después siguió destruyendo las mejores cepas europeas y se instaló en California, Estados Unidos, en 1873. Su vuelo imparable dañó igualmente a Australia en 1875 y a Sudáfrica en 1880.
-SALVACION-
Sin embargo, viticultores franceses y europeos, junto con amantes del vino en Latinoamérica, se apresuraron en salvar todas las cepas posibles y las trasladaron al Nuevo Mundo. Esa es la explicación de cómo llegó a Chile la Carmenére.
Al detallar a grandes rasgos la trayectoria de la uva que en la actualidad se convirtió en el vino insignia de este país austral, el investigador fijó en 1785 la primera referencia a la cepa.
Fue por el enólogo Secondat que la llamó Carmenet y luego recibió distintos nombres, comentarios y sinónimos como Haut Médoc Graves, Cabernelle, Carmenelle, Grande Vidure y Pied Rouge entre otros, comentó Boursiquot.
Con notable modestia, apuntó que entre 1991 y 1992 Claude Valat, otro enólogo galo, puso en duda la identidad del Merlot Chileno, lo cual despertó la curiosidad y el deseo de conocer más sobre la situación.
-Bajo esta sospecha, en noviembre de 1994 me trasladé a Viña Carmen y comencé a comparar los cultivos (…) fue fácil notar la diferencia entre las hojas y los filamentos de las flores, en la época precisa, en el lugar justo.
Pero como suele ocurrir en este tipo de suceso, la unanimidad y alegría no fue exactamente la reacción de los viticultores chilenos y en una batalla de audacias y resistencias, fue en 1998 cuando finalmente se acuñó el Carmenére chileno.
El ingeniero Boursiquot no tiene una respuesta clara de la razón por la cual en Francia, todavía el despegue en la recuperación de la cepa Carmenére sigue detenido en el tiempo.
-Cuando la filoxera la gente cambió mucho en Francia, lo cual le dio ventajas al Merlot y al Cabernet de Sauvignon, que se hicieron más populares también en el mercado internacional. Por lo tanto, el interés por la reanudación de los cultivos de la Carmenére ha sido un proceso muy lento.
-Se sembraron algunas pocas hectáreas, porque la gente de Bordeaux se enfocó en Merlot, Cabernet de Sauvignon y como enfrentaba algunas dificultades con el Carbenet Franc, Malbec y Petit Verdot, la Carmenére quedó un tanto en el olvido.
-EL FUTURO-
Jean Michel Boursiquot explicó que en el sur de Francia se sembraron algunas plantaciones de Carmenére, aunque todavía la cepa no es tan conocida a nivel internacional y los galos prefieren los clásicos, a la vez que los productores saben que garantizan sus ventas con los tres más famosos, Chardonnay, Merlot y Cabernet de Sauvignon.
-Tengo confianza en que poco a poco los pequeños productores del sur francés asuman mejor la Carmenére, pero es un proceso que necesita de por lo menos 10 años más para consolidarse. Y ayudará mucho lo que hagan los chilenos, que están en una posición envidiable para ser líderes mundiales.
Sin embargo, se trata de un camino todavía pedregoso lleno de resistencias de acuerdo con el académico Philippo Pszczlkowski, de la Universidad Católica de Chile.
-Yo esperaría que la madurez termine con esa tendencia chilena de dispararse a los pies, y que al final los viticultores asimilen la realidad de poseer en sus manos una valiosa cepa, argumentó el profesor Pszczlkowski.
Andrés Lavados, gerente general del grupo Santa Rita, subrayó el carácter patrimonial del Carmenére, y de sus potencialidades con las ocho mil 827 hectáreas sembradas en este territorio sudamericano. De todas formas, es consciente de proyectar al máximo posible la imagen de la Carmenére, como emblema del país cuarto productor mundial de vinos.
Obra del enólogo chileno de Viña Carmen, Sebastián Labbé, el Carmen IIII Lustros Carmenére 2012 del Valle del Maipo, el mismo lugar del hallazgo de la cepa por Boursiquot en 1994, se antoja la síntesis casi perfecta de los homenajes.
De una elegancia a tono con el lujo, frutal, sedoso, de matiz carmín intenso y de gran profundidad, el Carmen IIII Lustros pertenece a una colección única y limitada a 30 mil botellas.
Fue la figura en el seminario sobre el tema auspiciado por la Viña Santa Rita-Terra Andina-Viña Carmen y la Fundación Imagen de Chile frente a otros magníficos vinos, un premio al esfuerzo liderado por el enólogo Sebastián Labbé, quizá de una de las personalidades de mayor futuro en el conocimiento de la Carmenére.
Chile cultiva actualmente el 84 por ciento del Carménére, seguido por China con el 14, Italia 0,5, Argentina 0,5 y Francia el 0,25 por ciento. Sin embargo, chinos e italianos la bautizaron con nombres adaptados a su mercado interno.
Con el Carménére se da un vino de taninos suaves y amigables, aterciopelado, sedoso, ideal con carnes condimentadas y quesos de sabor intenso; también excelente para los ensamblajes, argumentó con visible pasión Labbé.
Testing the good wine!
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Really good. Thanks.
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Ningún camino hacia el éxito es sencillo. Yo soy más de Merlot, pero el Carmenére está muy bien.
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Cuestión de gustos y hábitos. El buen vino siempre sale airoso.
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No estoy de acuerdo con tanto esfuerzo con el Carmenére. Ya Chile tiene otras muy buenas cepas de prestigio internacional.
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Cuestión de gustos y también, pienso, de dedicación, pues el Carmenére todavía necesita tiempo para reacomodarse, según los expertos.
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Para vinos, una buena mesa. Los chilenos excelentes, pero no conozco mucho del Carmenére.
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Bueno cuestión de probarlo. Anda cerca del Merlot, pero es más suave.
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Andanzas del vino que parecen caprichos de la naturaleza. Bravo por la Carmenére.
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Un tipo de vino muy agradable y digestivo. Bastante elegante por cierto.
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