Caruso enamorado en Sorrento, titulaba en este blog hace unos años para referirme a la memorable canción del músico italiano Lucio Dalla, sin imaginar, como nadie, que hoy 1 de marzo de 2012 se despediría de este mundo en Montreaux, Suiza.
Y si alguien no lo recuerda, me refiero a Caruso, la bellísima canción que dio la vuelta al mundo con letra y música de Dalla, quien el 4 de marzo cumpliría 69 años y recién ofrecía un entrañable concierto en el Auditorio Stravinski de Montreaux, una de las plazas del lujo del jazz en Europa.
Andaba de gira para promover su último CD, Questo E´Amore, una recopilación de temas menos conocidos concebidos entre 1971 y 2011. Sufrió un infarto que no rebasó en una pequeña urbe suiza llena de historia y símbolos alrededor de la cultura.
Montreux fue refugio de Igor Stravinski, Charles Chaplin y Barbara Hendricks. También, frente al lago Leman, hay una estatua de Freddy Mercury, el inolvidable solista de Queen, quien enfermo de SIDA, decidió pasar los últimos meses de vida en esa ciudad.
Lucio Dalla, este pequeño gran hombre, fue victima de una mala pasada que dejó sensaciones disímiles de tristezas, pero igual de ternura. Murió lleno de alegría por el éxito de su recital y en un lugar entrañable para la música.
Bolonia, su lugar de nacimiento, Italia y numerosos países, transmitieron el adiós del genio que trajo de vuelta a Caruso con Luciano Pavarotti.
Los dejo ahora con un extracto de la crónica publicada en este blog el 31 de agosto de 2009.
…
Triste, con la mirada perdida en el Golfo de Sorrento, Enrico Caruso contemplaba el horizonte persuadido de que las manecillas del reloj de su vida se iban desvaneciendo.
Debió sentir también una enorme frustración al descubrir el intenso amor con una camarera del hotel, desde donde de manera intimista se despedía del mundo.
Sesenta y cuatro años después de su muerte, un italiano consagrado al pop con acento tradicional napolitano, Lucio Dalla, componía una canción en su homenaje, de esas que pasan a la historia del pentagrama y nos acompañan siempre.
No sería una excepción en la carrera de Dalla. Más recientemente, en el año 2004 participó en el disco colectivo “Neruda en el corazón”, un homenaje en el centenario del nacimiento del insigne poeta chileno Pablo Neruda. Se sumaba a figuras como Ana Belén, Joan Manuel Serrat, Jorge Drexler, Julieta Venegas, Miguel Bosé y Víctor Manuel, entre otros.
Curiosamente o más bien en una suerte de digno tributo, Dalla puso su timbre rasgado en función del desaparecido Luciano Pavarotti para convertir a Caruso en una estremecedora pieza de amor y ternura.
De hecho se convirtió en la primera melodía de corte pop, pero con matices operáticos e interpretada en tono alto, tan alto como quiso Pavarotti. Así logró el magnetismo que tocó a los más disímiles gustos y llegó hasta los jóvenes rebeldes.
“Qui dove il mare luccica e tira forte il vento su una vecchia terrazza davanti al golfo di Surriento…”
Decía de esa manera el comienzo de la canción original de 1985 del disco Bugie que tuvo su estreno en el concierto Dallamerica y luego vendió ocho millones de copias en más de 30 versiones.
La española Ana Belén fue una de las últimas en experimentar con el romance alrededor del Golfo de Sorrento y con gran profesionalidad interpretó la letra en español al lado de Lucio Dalla en el CD Mírame.
El italiano Andrea Bocelli, el venezolano Ricardo Montaner y el francés Richard Clayderman se sumaron al club Caruso, en una extensa lista en la cual sigue escrito en mayúsculas y con letras especiales el nombre de Luciano Pavarotti.
“…un uomo abbraccia una ragazza dopo che aveva pianto
poi si schiarisce la voce e ricomincia il canto”.
Es un texto que expresa con sensibilidad y admiración un pasaje anecdótico de la vida del más famoso tenor de la historia. Alejado de su esposa e hija por unas semanas, ante la afección pulmonar que lo llevaría a la muerte, Caruso, según cuentan, se aferró al último suspiro de su vida con un amor imposible, platónico.
Te voglio bene assaie
ma tanto tanto bene sai
è una catena ormai
che scioglie il sangue dint’e vene sai
Nacido en marzo de 1943, Lucio Dalla es toda una personalidad en Europa desde la década de 1970 y su sello principal se asienta en los caminos innovadores del pop, el blues y el jazz internacional, con gran influencia de James Brown, Ray Charles y Ottis Redding. Pero su voz se hizo notable con Caruso.
Bajito, de barba rala y sombreros cambiantes, tiene asimismo una notable reputación como compositor para el cine y la televisión. Monicelli, Giannarelli y Verdone, junto con Michele Placido (Mamma Lucia, con Sofía Loren), se inscriben entre sus trabajos más relevantes.
Clarinetista y tecladista displicente, empero, con la guitarra, Dalla confesó a propósito de Caruso su inclinación por las propuestas inteligentes en la música. “En el fondo soy un solitario que piensa en pasajes profundos como el capítulo de Caruso”, acotó en una ocasión.
La fama no terminó entonces con Bugie. En 1988 realizó una gira mundial al lado de Gianni Morandi, que dio lugar al disco Dalla-Morandi y posteriormente consiguió primacía de ventas en Italia con Cambio, Henna, un homenaje al automovilista brasileño Ayrton Senna, Ciao y Lucio para completar más de una treintena de álbumes.
(El artículo completo en la sección Pentagramas, de agosto de 2009)
Todavia me pregunto si hay una versión más bella de la canción que la de Pavarotti con Dalla. Lástima que ambos se hayan marchado. Gracias por la nota.
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Pues no lo creo. Es de esas canciones de terciopelo.
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Very pretty son
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Una canción de las que se aman para siempre.
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Inolvidable, además de que es muy sentida la historia que inspiró la composición.
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