Deauville, Francia.- Mi habitación costaba 500 euros la noche, con vista al mar y a unos metros de la suite de Susan Sarandon, quien lamentablemente no andaba por el Hotel Royal Barriére de Deauville en esos días. Fue un disfrute espléndido gracias a nuestros anfitriones.
Me gustó el fino detalle del hotel. Además de la consabida tarjeta de bienvenida en la habitación de huésped ilustre, categoría que nos dieron a los visitantes de la Asociación de Prensa Extranjera (A.P.E.) en Francia, había una delgada cajita rectangular de color rojo escarlata.
¡Sorpresa!. Al abrirla suavemente, fotos en blanco y negro del centro de alojamiento y la ciudad, se depositaban en 8 curiosas tabletas de chocolate. He decidido preservarlas el tiempo que sea posible.
El Royal Barriére, de una elegancia suprema, tiene una habitación Suite Presidencial que supera a muchas residencias de lujo. Cuesta 3,500 euros la noche y allí iba alojarse Barack Obama durante la Cumbre del G8 en mayo de 2011.
Es la sede del Festival de Cine Americano, que cada año trae a esta pintoresca urbe a las estrellas de Hollywood, con lo cual se aseguran en los salones fotos de varios de los rostros más reconocidos del mundo.
Algo similar ocurre en su vecino Normandy Barriére, más afrancesado por la típica arquitectura de Normandía. Y está el Casino, cerca de otro en la vecina ciudad de Trouville, además de la postal de pintores que inspiró a Claude Monet y al impresionismo en Honfleur.
Allí en el antiguo puerto del siglo XII y cerca del Puente de Normandía, el francés Eugene Boudin y el holandés Johan Jongkind hicieron volar la imaginación para motivar a Monet en la configuración de su famoso estilo.
Un lacónico resumen de estas vivencias me llevaron a un minuto de reflexión pausada de las asimetrías de este universo. Dispar, lleno de inequidades e injusticias en la repartición de las riquezas.
Ciertos placeres son siempre bienvenidos, mucho más cuando no forman parte de nuestra vida cotidiana. Como transitamos con gran celeridad en el paso por la Tierra, nos resulta difícil en ocasiones darnos tiempo para meditar sobre las cosas que verdaderamente deberían tener trascendencia.
En el umbral del Normandy Barriére estaba aparcado un Porsche gris metálico, último modelo y seguramente con un precio superior a los 150,000 euros. Al anochecer, el Casino de Deauville se convertía en el paraíso del dinero. En el día están los hipódromos para las carreras de caballos.
Una vez más, los bostezos repetidos anuncian la inminencia del sueño, no me extiendo más.
Que viva el GLAMOURRRRRRRRRR!
Abajo la inequidad!
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Ja ja ja.
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Una ciudad bella, simpática aunque fría y muy cara
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Bueno no excesivamente cara si uno viaja en plan de conocer ciudades cercanas de Normandía como Trouville y Honfleur, pero fría si que lo es en invierno.
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