Nos habíamos despedido con una sonrisa complaciente. Tal vez yo exageré en los cumplidos y ella los tomó con desgano. O simplemente no les prestó atención.
Pero nada hacía pensar ni por asomo en un conflicto. Fue cuando comencé a pensar en la teoría del biorritmo. A pesar de que insisten en tratarla como una pseudociencia , a mi me parece más atinada que el Tarot.
Continuar leyendo