La mejor historia cuatrienal que alterna con los Juegos Olímpicos está por contarse. Crecen las pasiones, mientras el mercadeo disfruta su fiebre orgásmica de negocios. El mundo vuelve a convertirse en un balón, con el hechizo del fútbol ahora de Brasil 2014.
Su poder es colosal. Durante un mes y con el favor de los avances de los seleccionados más populares en el torneo, comercios, bares y restaurantes de todo el planeta tendrán al límite sus cajas contadoras.
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