Vuelta a París en un verano prometedor de 2013. Cielo despejado, temperatura agradable y un sinnúmero de atracciones adicionales en una ciudad que resiste las turbulencias económicas y políticas, a la luz impertérrita de un mundo donde la capacidad de soñar sigue alterada.
El bálsamo llega de todas formas a la urbe de las reinvenciones. En el propio aeropuerto Roissy Charles de Gaulle decenas de paneles con réplicas de pinturas de grandes maestros de la plástica y hasta los aires escultóricos del inconmensurable Auguste Rodin, sorprenden a los recién llegados.
Continuar leyendo