Una amiga me ha pedido que cuente mis experiencias en los viajes presidenciales con Michelle Bachelet. Tengo mis dudas de que pueda resultar de interés, pero al menos destacan algunos detalles.
Volar de noche, amanecer en Sudáfrica, aterrizar en la tarde en Yakarta y luego, despertar de madrugada con los rezos del Corán, salir al anochecer de la capital de Indonesia hacia Beijing a primera hora de la noche. Fotos, videos, textos, redes sociales, de un país a otro.
Literalmente en el aire desafiando los husos horarios; desayunar o comer intentando domar nuestros cuerpos y detrás del telón, una notable ingeniería milimétrica para el éxito de tamaña empresa.
Un grupo de prensa simpático, inquieto y variopinto. Seguridad, logística y protocolo con el arte de adivinar la vestimenta adecuada.
El sacrosanto Whatsapp del Grupo de prensa, que una semana antes nos comienza a familiarizar con el periplo del momento, dentro de la privilegiada experiencia vivida durante mis años de corresponsal en Chile.
Tendría que existir un Néstor Aburto, estrella radial, entre el amor y el odio por sus comentarios sardónicos y no siempre complacientes, rey de la “Copucha” (slam chileno de la Casa de los Medios en el Palacio de La Moneda que alude al cotilleo o el chisme noticioso).
Y una camada de colegas capaces de polemizar sobre fútbol, evocar recuerdos de su amado Chile, instalar foros de debates, jugar naipes y dormir. Todo para hacer pasar el tiempo en el amasijo de acero que es el Boeing de la Fuerza Aérea, el FACH1, como lo llaman, o las naves alternativas para tramos más cortos.
La verdad no hay lujos, si un excelente trato por la tripulación que atienden (a nosotros) miembros de las FACH vestidos de uniforme, o aeromozas y tripulantes de civil para el área de Ministros y la Presidenta.
¿Peligros? Prácticamente ninguno, salvo el pequeño susto a la entrada de Tegucigalpa, considerada una de las pistas más riesgosas del mundo.
Anécdotas, decenas. Tal vez valga la pena contarlas. Llegamos a ser alrededor de 20 periodistas, camarógrafos y fotógrafos, eventualmente franceses, británicos, españoles, mexicanos y cubanos, dominados por una amplia legión de chilenos.
Adenalina aventura y conocimiento una experiencia o varias muy interesantes
Me gustaMe gusta
Gracias por el comentario. Pues efectivamente son viajes muy interesantes desde todo punto de vista, agotadores, eso sí. En este primer intento me aproximo un tanto a las giras por Indonesia y China. No menos atractivos fueron los periplos por Japón, Vietnam, Nueva Zelanda, Honduras, Barbados y Santa Lucía, por mencionar algunos. Más allá del tema de los países, los entramados de los viajes presidenciales guardan muchas curiosidades.
Me gustaMe gusta
Muy bueno, pero ahora falta la crónica con las anécdotas…
Me gustaMe gusta
Para una fiel lectora siempre hay que contar los detalles. Creo que sí, que en algún momento contaré la mejor parte del anecdotario que es rico, a veces simpático y por lo general cargado de una enorme dosis de adrenalina.
Me gustaMe gusta
interesante periplo y mucho más resulta por integrar la comitiva en la que viajabas, muy pocos profesionales tienen ese honor de viajar junto con una mandataria, de veras te felicito por haber tenido esa oportunidad de conocer y viajar a esos sitios donde apareces .
Me gustaMe gusta
Gracias Francois por tan estimulante comentario. Realmente fueron experiencias memorables. Uno se hace la idea de que los viajes presidenciales tienen componentes nacidos en la imaginación. Pero en la práctica se asientan en el pragmatismo y la eficiencia organizativa, además de la pericia absoluta de pilotos y tripulantes de los aviones.
Me gustaMe gusta
Se ve como una experiencia que seguramente tendrá un rico anecdotario, aunque los políticos gozan de tales privilegios que a veces es mejor ni conocer.
Me gustaMe gusta
Bueno no pretendo ingresar en terrenos siempre veleidosos, sino simplemente contar lo que pudiera ser de interés para el lector en general. Los detalles parecieran agrandarse dentro de contextos en ocasiones que suenan más a fábulas que a realidades. El enfoque de los cuestionamientos quizás estaría en la efectividad de los intercambios de los políticos a nivel mundial. ¿Vale la pena?
Me gustaMe gusta