Cuando Humphrey Bogart le dijo a Ingrid Bergman “siempre tendremos París” en Casablanca, estaba lejos de soñar que la frase sería una de las más emblemáticas de su carrera como otra inolvidable: Tócala de nuevo, Sam.
Sin embargo, en ambas hay ciertas curiosidades. Rick (Bogart) en realidad habla mucho más con Ilsa (Bergman). “Siempre tendremos París. No lo teníamos. Lo habíamos perdido hasta que viniste a Casablanca, pero lo recuperamos anoche…”
Luego, la muchas veces repetida “Play it again” referida a la hermosa canción “As Time Goes By” que supuestamente le espeta Rick al pianista Sam, no fue pronunciada nunca en Casablanca.
En fin, que todos estos pretextos sirven para hablar de uno de los rostros insoslayables de la historia del cine, de quien no pocos críticos desbarraron en su momento por los “clichés” de su encasillamiento como “el eterno gangster o maleante”.
Bogart pudo alcanzar la cima de su carrera con Casablanca (nominado para el Oscar) y, de hecho, así fue, aderezado por las mieles histriónicas de la química con Ingrid Bergman.
Su encumbramiento definitivo llegó con La Reina Africana, finalmente su Premio Oscar en 1951 antes de volver a las candidaturas (El motín del Caine). Precisamente con su compañera en la travesía de The African Queen, Katharine Hepburn, mantienen una suerte de liderazgo silencioso en el séptimo arte.
Según una consulta bajo el auspicio de Hollywood con críticos y comentaristas estadounidenses –actualizada recientemente-, los dos actores más sobresalientes en la historia del cine entre un centenar son Bogart y Hepburn, considerados triunfadores absolutos.
Personaje de voz rasgada y grave, verbo casi siempre desafiante y físico no precisamente dentro de los cánones del clásico galán, se le recuerda también por su último y mítico matrimonio con la actriz Lauren Bacall, con quien compartió en la escena varias veces.
Nos regaló de la mano de otro “monstruo sagrado” del celuloide, John Huston, El halcón maltés; El último refugio con la dirección de Raoul Walsh; junto a Cayo Largo y la versión original de Sabrina (1954).
El mérito del listado de los “100 magníficos”, al margen de omisiones desbordadas por la popularidad y no el talento, es traer a la memoria a figuras que marcaron hitos en determinadas épocas en el pasado, al lado de actuales todavía en plena creación.
Descuella tal vez con el brillo mayor Charles Chaplin, preciosista inimitable, autor del fresco de la vida cotidiana a partir de guiones extraordinarios como El Gran Dictador, Tiempos Modernos, Luces en la ciudad y La Quimera de oro.
Como se trata al fin y al cabo de una relación hollywoodense, encontraremos a Dustin Hoffman, Al Pacino, Robert Redford, Robert De Niro, Greta Garbo, Marilyn Monroe, Bette Davis, Elizabeth Taylor, Ingrid Bergman y Judy Garland.
No podían faltar los ineludibles protagonistas de Lo que el viento se llevó (Clark Gable y Vivian Leigh), ni tampoco Marlon Brando, Cary Grant, Gary Cooper, Paul Newman, Jack Nicholson, Fred Astaire, Gene Nelly, Henry Fonda y Jack Lemon.
Arriba de todos ellos y muchos más, el viejo Humphrey Bogart, quién lo diría.
Aunque quizas, su mejor interpretacion fuera en el motin de la baunti….Saludos
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No se si se refiere a El motín del Caine, por la cual fue candidato al Oscar. Efectivamente, una gran actuación. Gracias por la lectura.
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Para mi fue un galán exótico pero interesante y muy buen actor.
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Bogart me gustó mucho en el Tesoro de la Sierra Madre, pero en Casablanca junto a la Ingrid, resultó parte elemental de esa fórmula de Curtiz. Felicitaciones.
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Veo que el cine te apasiona. Casablanca y Bogart, los inolvidables.
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Todavía su voz resuena en los oídos de los cinéfilos que lo extraños como un gran símbolo de los gansters y personajes únicos del cine de antaño.
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