París.- Egipcios y romanos tuvieron el dudoso placer de anudarse alguna vez un pedazo de tejido en el cuello de forma triangular, pero al parecer fueron los franceses los promotores de la tortura y la elegancia de la corbata.
En el atuendo masculino de hoy en día no hay un elemento más fastidioso que la corbata, aunque los modistos se empeñen en decir que representa el toque especial del buen vestir.
Continuar leyendo