Sonriente y con rostro de niño maldito, Kobe Bryant se acercó a Serge Ibaka y de una vez le dijo: -¡qué viva España! (…), pero hoy vuelve a ganar el Dream Team-.
Sería la segunda medalla de oro olímpica del astro de Los Angeles Lakers, esta vez en la futurista North Greenwich Arena de Londres en 2012. Antes lo había logrado en Beijing 2008, como si le faltaran lauros a su repleta vitrina de trofeos y medallas. Quería ser el otro Michael Jordan y hasta cierto punto lo logró.
El detalle fue que Kobe, como lo llamamos todos los amantes del basquetbol, hizo el comentario frente a la banca de España en Londres en perfecto español. Yo estaba muy cerca y me tomó de sorpresa, porque mi idea suprema era comprobar si, en efecto, los españoles creían en el milagro de imponerse al Dream Team.
Por razones familiares, Bryant vivió parte de su niñez y adolescencia en Italia, llegó a proyectar su futuro en el fútbol, el verdadero fútbol, denominado “soccer” en Estados Unidos, y aprendió italiano y español.
En la capital británica no fue en realidad la estrella del Dream Team. Otras luminarias como el entonces ascendente Kevin Durant, tuvieron mayor protagonismo. De todos modos “The Black Mamba” siempre irradiaba un carisma extraordinario.
Cinco anillos en la NBA, 1 MVP y 18 All Star, y con la extraordinaria proeza de anotar 81 puntos en un partido, únicamente superado en la historia por Wilt Chamberlain (100), subrayan la enorme pérdida que sufrió el domingo 26 de enero de 2020 la familia deportiva internacional.
De Reggio Emilia, al Rieti en Italia, la cumbre del baloncesto con Los Angeles Lakers en su país natal, y para hacerse más insustituible, Oscar al Mejor Cortometraje Animado en 2018 “Dear Basketball”. Hizo lo más parecido a llenar el vacío que dejaba Michael Jordan con su retiro en 2003.
Kobe Bryant, a los 41 años de edad, su hija de 13, Gianna, y otras siete personas. Un adiós a destiempo que también toca a los elegidos.
Muy bonito reconocimiento y despedida a este deportista grande del basket, y que como bien dices, a los elegidos también les toca. Una verdadera pena para su familia por la doble pérdida y para los amantes de este deporte, en este fatídico accidente.
Me gustaMe gusta
Gracias por el comentario. Como diría un amigo, tampoco es que fuera el «mirlo blanco», pero si un gran competidor y a la larga, en su madurez, una persona dispuesta a compartir y regalar vivencias. Una tremenda pena.
Me gustaMe gusta