Tuvimos dos papas en el Vaticano en los últimos 10 años. Nuevas realidades destapadas en la segunda década del Nuevo Milenio que sin embargo, dejaron un sabor agridulce en el ámbito mundial.
Salvo algunos tintes esperanzadores de ultramodernidad, el futuro de la humanidad aparece rodeado de interrogantes. Desde las propias cimientes católicas sacudidas por escándalos de abuso sexual de sacerdotes, hasta la relativización o ignorancia respecto al cambio climático.
¿Seremos dominados por la tecnología? Una buena pregunta que en todo caso representa un interesante y colosal desafío para la ciencia.
Pero, ¿que haremos ante las “fake news”, las guerras, la industria armamentista, las manipulaciones mediáticas y el chovinismo?
Con Benedicto XVI tuvimos a un papa representativo de las corrientes conservadoras de la iglesia católica, si bien figura destacada por su sabiduría y bondad. Francisco, el primer pontífice latinoamericano de la historia, con el verbo incómodo y la audacia de llamar las cosas por su nombre.
Si nos quedáramos con la versión cinematográfica de Fernando Meirelles de Los dos papas, la brillantez histriónica de Anthony Hopkins y Jonnathan Pryce ofrece sosiego, aunque ya sabemos que el Séptimo Arte es apenas una aproximación de la realidad.
Un lunar en la punta de la nariz 
No sabría asegurar si cada uno de los papas q se muestran en la película son así. Sin embargo al menos intentan hacer algo por la humanidad. Hasta ahora los políticos y los intereses mezquinos nos van ganando
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Para mi los papas son una referencia, con respeto de quienes tengan otras creencias o simplemente sean ateos. Siempre he pensado que algo de existencia espiritual nos sirve de inspiración. Y como andan las cosas del mundo, pues ojalá se reencuentre un camino de paz, sino de armonía.
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