En un mundo poblado de fake news, reality shows y sacudida de la naturaleza, muchos siguen aferrados a las creencias como paliativo a las calamidades y aberraciones sociales.
Un lunar en la punta de la nariz
Puede ocurrir en París, Hanoi, Sydney, Río de Janeiro, en La Habana, México o Panamá, da lo mismo. Para creer en algo no hace falta más que la mística, el pensamiento o la impronta del deseo.
Como bien dice un proverbio anónimo, “creer es más fácil que pensar, he ahí la razón de que haya más creyentes”.
Ver la entrada original 627 palabras más