Su voz aterciopelada se antoja una invitación a la intimidad y sus canciones acentúan un estilo poco convencional. El único problema es que tiene la costumbre de desaparecer mucho tiempo y el nombre de Helene Folasade Adu (Sade) se pierde del pentagrama.
Pero sería difícil olvidar su escultural figura, belleza y cadencia de movimientos, en esa mezcla perfecta de sus raíces nigerianas y británicas. Y hasta los más jóvenes participan del hechizo al escucharla: Sade, sí es Sade, repiten con aires de curiosidad.
En los años 1980 un amigo me la presentó. Musicalmente hablando, Dos Santos hizo un largo ceremonial en casa del flaco Angel: vas a escuchar una voz que no olvidarás en el resto de tu vida.
El encanto llegó con Smooth Operator y para rematar, Your Love is King. Desde entonces, tengo una historia de amor secreto con Sade, aunque ella ni se entera.
Dos amigos de la escuela le pidieron unirse a su naciente grupo Pride. Ya era compositora y la aventura de cantar se inició en una gira por Gran Bretaña en 1981. El poderoso saxo y la voz sedosa de Sade Adu hicieron estallar los mercados del disco y Smooth Operator provocó que los cazatalentos intentaran captarla como solista.
Fiel a sus amigos, decidió continuar su carrera con la banda y luego de Diamond Life en 1984, llegó Promise al año siguiente con dos números especialmente deliciosos: Is it A Crime y The Sweetest Taboo.
Extendió su estado de gracia con Stronger than Pride que de algún modo constituyó un homenaje a la agrupación a la cual se volvió a unir en 1988. Sin embargo, a partir de ahí las pausas se hicieron más largas.
-FANTASMAGORICA
Ave Fénix, retornó en 1992 con Love Deluxe y un sencillo, No ordinary love, alcanzó extraordinaria fama gracias a la película Proposición Indecente (Indecent Proposal), con Robert Redford y Demi Moore. Más allá, el disco revive toda la emoción y sensibilidad interpretativa de una estrella que, sin embargo, rehuía los escenarios.
Su filosofía es tajante: “sólo grabo cuando siento que tengo algo que decir. No me interesa vender música por vender. Sade no es una marca”.
Ocho años de silencio hasta su reaparición en el 2000 con Lovers Rock en el que destaca King of Sorrow. Para quienes decían que su música estaba acabada, la venta de 40 millones de ejemplares de este disco les cerró la boca.
Luego transcurrió casi una década entera. Sade estaba entre esas piezas de lujo que se guardan con esmero en las grandes colecciones de los recuerdos. Hasta que de pronto, sin previo aviso, ordenó sus musas y en 2010 lanzó Soldier of Love.
Y cambió de registro, no en su voz sensual con timbres de contralto. Espléndidos recitales y el contacto con el público han servido para darse a conocer en las generaciones más jóvenes.
Siempre queda espacio para el buen gusto.
Una voz delicada e inolvidable. En efecto, el buen gusto no tiene edad.
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Siempre es bueno recordar una música elaborada con matices diversos y agradable al oído.
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Preciosa voz y delicada belleza para nunca olvidar
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Gracias por el comentario
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Reblogueó esto en Un lunar en la punta de la narizy comentado:
Helen Folasade Adú, de madre británica y padre nigeriano, siempre envuelta en un manto de enigmas. Con esa voz aterciopelada y esos movimientos danzarios llenos de sensualidad. ¡Una joya especial de la música de todos los tiempos!
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