Un zorro Chilla y varios guanacos apenas se inmutan ante el ruido de autos y presencia humana. Cientos de aves se alborotan con la llegada de lanchas, pero no cejan en el empeño del generoso banquete que encuentran en el mar.
Científicos y periodistas invitados al IV Congreso Internacional de Areas Marinas Protegidas (IMPAC4) apreciamos el privilegio de transitar por carretera desde La Serena, norte de Chile, hasta Punta Choros, umbral de la Reserva Nacional del Pingüino de Humboldt.
No habría mucho que agregar a estos emporios de naturaleza que llenan de emoción a la vida.
El nombre de la Reserva se debe a que las islas costeras de las regiones de Coquimbo (Choros y Damas) y Atacama (Chañaral del Aceituno), constituyen el hábitat del 80 por ciento de la población mundial del pingüino de Humboldt.
Pero no sólo de estas aves no voladoras vive la zona, sino también de varias especies vulnerables como el pato yunco, la ballenas Azul, Fin, Sei, Jorobada, Minke y Franca Austral; el chungungo (o nutria del Pacífico Sur), lobos marinos, delfines nariz de botella y los pelícanos Humboldt.
Dos pequeñas playas, La Poza y Las Tijeras, un sendero de cerca de dos kilómetros junto a curiosos cactus y colorida flora, conforman Isla Damas.
Es la única de las tres de la Reserva Nacional del Pingüino de Humboldt donde se permite desembarcar para proteger el entorno. Alrededor de 57 mil turistas llegan cada año para deleitarse con la naturaleza y tomar un descanso del mar luego de apreciar numerosas especies.
Sim dudas la naturaleza nos sobrepasa
Me gustaMe gusta
Ya verás en nuevos post que pondré. Gracias por la lectura.
Me gustaMe gusta
Un panorama alentador de protección del medio ambiente que ojalá no sea una excepción
Me gustaMe gusta
Al menos son bastante estrictos en estos momentos. Creo que en general, hay mayor sensibilización internacional con la preservación de la naturaleza, pero tampoco podemos pensar en el idilio.
Me gustaMe gusta