Pequeñas copas rezumaban grandes atractivos para el paladar, dejando ver porciones de langosta en crema blanca y un adorno rojo en la superficie. Con un tenedor en miniatura y la compañía de un Chardonnay de Borgoña, la degustación hacía del invierno decembrino una pincelada en el paraíso.
Sucedía en París, en plena Plaza de la Concordia, con el horizonte en Les Champs Elysée y el Arco de Triunfo. Al indagar en detalles, la respuesta no dejó de sorprendernos. Salsa de almendras, ostras y champagne, con un adorno comestible de pétalos de retoños de rosas rojas.
Era mi debut en 2006 ante la cocina gourmet de alto vuelo y mi acompañante, Yamila, una muy querida amiga lamentablemente desaparecida, tampoco salía de su asombro no obstante su absoluto dominio del idioma de Moliére y de las costumbres de Francia.
A la salida de la recepción que marcaba la apertura oficial de la cadena de televisión France24, nos obsequiaron unas bolsas con variado contenido. Champagne mediano, Moet Chandon, catálogos y promociones, un pote de exquisito “foi gras” y un estuche con una suerte de fichas donde se exhibían las instalaciones del canal en fotos en blanco y negro.
Como estaba a la espera de la acreditación oficial como corresponsal en Francia, el tiempo no era problema mayor. Las heladas invernales habían comenzado con intensidad y en la calle la Motte Picquet Grenelle, donde se encontraba mi modesto hotel parisino, las andanzas hacia los Campos de Marte para contemplar la Torre Eiffel, no eran muy seductoras bajo la nieve.
Una tarde gris y lluviosa de diciembre tampoco invitaba a la salida y en la estrechez de mi habitación me puse a hurgar en la bolsa de regalo de France24. En principio me pareció inútil aquel estuche con extrañas fichas colmadas de gráficas, pero al tocarlas sentí la sensación de algo resbaladizo y las papilas gustativas se declararon en alerta.
Mis dedos manchados con un aroma reconocible dejaban saber que las fichas de marras eran curiosas tabletas de chocolate negro sobre las cuales se veían las fotos de la televisora. Otro choque gourmet para el anecdotario que compartí con Yamila al hacerle el comentario, quien sin dudas hizo luego un festín con sus hijos Anita y Jorgito, y su esposo.
-FUEGOS ARTIFICIALES EN LA BOCA-
Mucho tiempo después, también en Francia, la nueva experiencia superó todas las expectativas. Andaba en viaje de trabajo con diplomáticos latinoamericanos en Alençon, capital del departamento de Orne, 180 kilómetros al oeste de París. De regreso fuimos invitados a una cena especial por el alcalde de Mortagne-au-Perche.
Una pequeña comuna de Baja Normandía con edificaciones medievales, iglesias, castillos y la casa de Henri IV (Enrique IV) de fines del siglo XVI, con la singularidad de ofrecer cofres de la cocina francesa en restaurantes de exquisitos platillos.
En uno de ellos experimentamos todos los latinoamericanos, básicamente cubanos, la rareza al terminar el menú principal, cordero a la menta con vino. En un pequeño pocillo nos colocaron lo que parecían caramelos. Tomé uno y apenas introducirlo en mi boca, sentí un estruendo en mi cabeza.
Quise buscar ayuda pero preferí callarme ante el temor al ridículo, hasta que nos miramos todos para hacer la pregunta del momento: ¿sucedió algo extraño…?. Todos asentimos y nuestros anfitriones sonrieron de buena gana, para luego llamar al chef de cocina.
Era “sucre pétillant”, azúcar con gas carbónico que al contacto con la saliva, crea un efecto de fuego de artificio en la boca y la cabeza.
“Es un producto sorprendente, que se ofrece a los comensales para romper el fuerte sabor a cordero o de cualquier plato de este tipo, y pasar a los postres como corresponde adecuadamente”, explicó.
En Francia gusta mucho a los niños para combinar la “sucre pétillant” con los dulces.
Voilá!
me encanto Fausto, esta muy muy bueno !! un fuerte abrazo y sigue escribiendo !!
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Gracias por el elogio. Para no dejar que los recuerdos desaparezcan. Lo bonito es que todo me vino a la mente en una cena gourmet en Chile, y de inmediato recordé los rostros de asombro de Yami y mio en aquella noche en la Concorde.
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El placer gourmet, que maravilla!. En eso a los franceses no hay quien les gane.
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Pues tienen unos detalles increibles, pero lo mejor es que forma parte de su idiosincrasia.
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Para el anecdotario es una buena pincelada. Es muy agradable viajar en el imaginario por París y Francia.
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Agradecido. Son memorias de datos curiosos que le suceden a una persona a lo largo de su vida.
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Impresionante esa experiencia con la mejor comida gourmet del mundo, con razón no soportan a los ingleses jejejejejeje.
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Así es. Cada vez que alguien me discute sobre el tema, lo enfrento con estos argumentos. Tendrán muchos defectos, pero en la mesa, en la preparación de las comidas, el ingenio y la originalidad, son maestros con un trayecto desde que nacen. Como eres buen lector, te recomiendo el que acabo de escribir del Nobel de Literatura.
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Bastante curioso, detalles de los franceses, aunque los españoles tenemos mucho de que hablar en temas de cocina.
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Soy también admirador de la cocina española, de las mejores del mundo.
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Fascinante mundo Gourmet y en especial de los franceses
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Creo que el mundo Gourmet se ha ampliado bastante y si bien Francia sigue manteniendo cierto liderazgo, otros países se suman con su propia impronta. Hay un caso digno de destacar y ese es Perú.
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