-El perfume es la forma más intensa del recuerdo. Debe ser como el tema central del Bolero de Ravel. Una especie de lenta obsesión.
*Jean Paul Sartre
-Quedaron luego mirándose en silencio, y él sintió el perfume que venía en olas sin fuerza desde el pecho de Perla, que subía y bajaba junto al portal vacío.
*Juan Carlos Onetti
Versalles es un nombre siempre asociado al esplendor y colapso de las monarquías en Francia. El majestuoso Palacio y extraordinarios jardines dejan traslucir, con cierta imaginación, paseos y festividades que diseñaban siglos atrás las cortes.
El Cháteau de Versailles (su nombre en francés) era un coto de caza en 1623 donde Luis XIII levantó una modesta vivienda para los descansos habituales.
Poco después ordenó construir otra residencia, pero fue el “delfín” Luis XIV el encargado de finalmente tomar la decisión de trasladar su reinado del Palacio Real, el Louvre y las Tullerías hacia Versalles.
Empero, el Rey Sol si bien tuvo otras muchas contribuciones, incluida la idea de la Opera de Versalles, no imaginó que en la futura ciudad cercana al “Cháteau” surgiría una Osmoteca sui-géneris en el mundo.
Las fragancias de los mejores perfumes del universo encontraron su templo en Versalles, la Osmoteca que cuenta con un “archivo” de mil 800 perfumes, verdadero conservatorio de aromas excepcionales que atesoran las marcas más reconocidas y algunas con sus esencias originales.
Para dotarla de enigmas y anécdotas, se dice que guarda algunos frascos excepcionales con los aceites y ungüentos que cientos de años atrás tocaron las pieles sensibles de los soberanos. Se antoja más bien, una invención simpática en el mejor de los casos.
En realidad fue un ensayo de Société Française des Parfumeurs de Francia, que en 1990 decidió abrir este espacio con 400 fragancias, a partir de ciertas herencias especiales que surgieron en medio de la realeza y con algunos toques misteriosos.
Con el auspicio también de la Cámara de Comercio y el grupo comercial Comité del Perfume Francés, la Osmoteca comenzó su colección con la fórmula para Crepe de Chine, una fragancia de 1925 creada por Jean Desprez para Millot.
Versalles es un rico suburbio de París, a 17,1 kilómetros de la Ciudad Luz, y al margen de la historia de la nobleza, es también célebre por acoger la firma de tratados internacionales, como el de 1919 que puso fin a la Primera Guerra Mundial.
Expertos como Sylvie Polette y Thierry Wasser, resumen la filosofía del concierto de los perfumes: si una fragancia a probar no es ni verdaderamente amada ni tampoco se detesta, el ensayo se abandona.
Tiene que llegar a los polos opuestos para que logre su estado de gracia y luego, el éxito se acompañará de frascos novedosos, el nombre y la publicidad, comentan.
Para visitar la Osmoteca de Versalles hay que pedir cita. Es adentrarse a los olores más sofisticados en medio de un ambiente “sui géneris”.
Las esencias requieren refrigeración, almacenadas bajo tierra a 12 grados Celsius. Para contrarrestar el efecto del aire, que oxida al perfume, cada botella es sellada con un centímetro de gas argón, que es más pesado que el aire.
Para la ciencia, los perfumes resultan muy interesantes. Especialistas de la Universidad de Cardiff y la Sociedad Max Plank aseguran haber encontrado en un estudio con peces espinosos (Gasterosteus aculeatus), que los machos con olor corporal particularmente atractivo para las hembras producen pequeños fragmentos de proteínas (conocidos como “péptidos”).
Para probar esto, los investigadores produjeron un “perfume sintético” que contenía una mezcla de péptidos. Manipulando la combinación de éstos en el perfume, el atractivo sexual de los machos podría ser aumentado.
-Los humanos hemos usado perfumes desde hace miles de años. Sin embargo, parece que nuestra elección del aroma depende de nuestros genes MHC. Quizá estos resultados explican por qué algunos perfumes huelen bien en algunas personas y mal en otras, explicaron los científicos.
En la Osmoteca de Versalles conocemos que al menos 500 nuevos aromas salen al mercado cada año, aunque sólo algunas tendrán el éxito deseado.
Finalmente, si bien es cierto que los perfumes franceses gozan de enorme prestigio internacional, las esencias etéreas, volátiles y expansivas fueron las ofrendas adecuadas de los egipcios para comunicarse con sus dioses y rendirles culto.
Los griegos, romanos y hebreos asimismo, fueron precursores del uso de los perfumes con una mística diversa.
En todo caso, desde la Edad de Piedra se cree que los hombres incineraban maderas aromáticas para complacer con humo (per fumum) a sus divinidades.
OYE ESTO ESTA BUENISIMO. GENIAL
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En una de mis visitas al Palacio de Versalles, supe de estas fragancias que desprende también la bella y pintoresca ciudad de Versalles. Agradecido.
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