Vergéze, Francia.- El emperador Julio César llegó a disfrutarla en sus tiempos y luego en épocas mucho más recientes, en 1863 con Napoleón III en el poder, fue bautizada como Princesa de las aguas minerales.
Sencillamente Perrier. Dice la leyenda que el gran caudillo cartaginés Aníbal, la habría saboreado en ocasión de su expedición a Italia.
Sus manantiales fueron propiedad del inglés Saint John Harmsworth, quien le dio el nombre en homenaje a su antecesor en la misma zona de este diminuto pueblo, el médico de Nime Louis Perrier.
Fue la primera agua con gas comercializada en el mundo y pese a sus características no se considera una soda. Los especialistas resaltan sus componentes de anhídrido carbónico natural y agradable sabor, muy digestiva y tonificante, recomendada para dietas bajas en sodio.
El diseño de su botella verde se inspiró en una maza india. Pertenece ahora al grupo Nestlé y es fuente de conflictos en esta encantadora ciudad de Vergéze, en los Alpes franceses.
Existen otros colores para latas y botellas de esta suerte de “agua mágica”, en amarillo y morado, en la estética pop y vanguardista, de acuerdo con el criterio de sus dueños.
Con una población de apenas tres mil 500 personas, de las cuales alrededor de tres mil trabajan en la producción de la conocida bebida del especial líquido vital, Vergéze es prácticamente una prolongación de Perrier.
La historia fija también el propio origen de Vergéze en los tiempos del Imperio Romano. Sin embargo, sus habitantes afirman que se lo deben todo al médico Perrier, quien a inicios del siglo XX descubrió las cualidades terapéuticas del agua burbujeante de esa zona.
De hecho, una de las viejas batallas de esa localidad se concentra en cambiar su nombre por el de Perrier. “Es parte de nuestra identidad, herencia cultural, geográfica e histórica”, dicen los habitantes del lugar.
Es como el lugar de nacimiento de un buen vino, puntualizan. Y de vinos, precisamente, Vergéze se sacude con aguas en la geografía de la región de Languedoc Rousillón, potencia de los rosados en Francia.
Según los expertos, que señalan en realidad el descubrimiento del manantial en la época de los romanos, la corriente de origen volcánico ofrece una calidad única al agua Perrier, de alto precio en el mercado en estos momentos.
Nestlé adquirió los derechos de Perrier en 1992 y recientemente anunció sus intenciones de establecer variaciones en la planta, que incluso pudiera ser cambiada de sitio. Se queja de que no obtiene suficientes ganancias.
Para colmo, la llamada “champaña de las aguas naturales” se enfrenta a una competencia desafiante. El poderoso grupo francés Danone (gigante de los lácteos), salió al mercado con el agua Badoit Rouge en líneas similares a Perrier y con un envase que puede confundir al consumidor.
Familias enteras de Vergéze, que durante generaciones han dependido económicamente de Perrier manifiestan su disposición a luchar hasta las últimas consecuencias para impedir que Nestlé introduzca variaciones a un producto que les pertenece.