El clan Chao y los Milagros de Cuba

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CHAO

París.- Para hablar de Cuba Miracles (Milagros de Cuba) tengo necesariamente que conversar con su autor principal, Ramón Chao, franco-español para que suene bonito, aunque como él mismo repite, gallego de pura cepa.

Es todo un personaje, en el mejor sentido de la palabra. Hombre de pequeña estatura, originario de Villalba, Lugo, septuagenario en plenitud de facultades, al menos en la apariencia, y con unos deseos de vivir contagiosos.

Se ha convertido en uno de los mayores defensores del mundo de la píldora conocida con el nombre comercial de PPG. Para entender las razones, vale la pena leer el libro.

En todo caso, delinea sus sentimientos con una aclaración contundente: «sigo tomando PPG y cuando tengo, le doy a mi hijo Manu (Manu Chao) para que aguante tantos conciertos cantando y saltando».

Fundador del servicio en español de Radio Francia Internacional, colaborador de Le Monde y Le Monde Diplomatique, y figura esencial en el Premio Juan Rulfo de literatura. Padre orgulloso del famoso cantautor Manu Chao, y de Antoine, musicólogo.

Para reconocerlo es muy fácil. Conversador, inquieto y siempre con mil proyectos en la cabeza. Cuba Miracles no es su único libro, pero tal vez el más original de todos. Colorido, lleno de ilustraciones y con el sello de la música en un CD incluido.

Inscrito en la modalidad francesa de Pop Culture, es mucho más que un texto. Se parece a una crónica de viaje, matizada por la riqueza cultural de la isla caribeña. También se aproxima el estilo cinematográfico del «road movie».

Se adentra en la política, sin llegar a los análisis concluyentes o lapidarios. Y, muy especialmente, toca con mucha habilidad los contornos humanos, históricos y literarios para explicar, de un modo muy original, una visión de Cuba.

Lejos de convertirse en un manual asfixiante, cede su espacio a la exposición, eso sí, de alto vuelo en medio de la naturalidad de su lenguaje y la agradable improvisación en un viaje cuya única brújula es el relato sincero.

Hay otra excepción, además del PPG. Para Chao, el doctor Waldo Suárez es uno de los milagros cubanos. «Me curó en unas horas de una falsa tendinitis (era bursitis) que arrastraba desde hacia dos años, pagando a médicos, rehabilitadotes y masajistas».

El libro tiene varios sellos distintivos, de Ramón (texto) y Antoine (música), del dibujante de origen polaco Wozniak, considerado uno de los más notables ilustradores de Europa y de Marjorie Guigue, encargada de las fotos y «la puesta en escena».

– Crear un libro con texto, dibujos y una postal sonora si que lo decidimos nosotros, y el editor lo aceptó con entusiasmo. Pero no teníamos ni idea de lo que iba a resultar», me confiesa el autor principal del agradable cuaderno, derrochador de policromías.

– Todo se fue formando a medida que hablábamos con la gente, que viajábamos a donde queríamos, sin itinerarios fijados de antemano.

– Por ejemplo, Antoine quería ver y hablar con sus amigos de Guantánamo y de La Habana con los que había pasado algunas temporadas. Yo quería volver a visitar la Fundación Alejo Carpentier, Santa Clara, Cojimar, etc. En cuanto a Wozniak, como nunca había estado en Cuba, todo le interesaba».

De la descripción geográfica de Cuba, con ese «lagarto verde» que decía Nicolás Guillén, comparándola en las expresiones con la del «Hexágono» (Francia), la «Bota» (Italia) y la «Piel de Toro» (España).

Luego, el Hotel Nacional de La Habana, la Cola, el Malecón, Guanabacoa, Cojímar, el Gobierno Solidario, los Santeros, la memoria del Che Guevara, Santiago de Cuba, la Vírgen de la Caridad del Cobre, la Tumba Francesa y el Mejor Tabaco del Mundo.

Un arriesgado mosaico temático difícil de hilvanar, si no fuese por el tono desenfado de la descripción.

– Es la vision de alguien que quiere a Cuba. Sostengo que soy nieto de Mario García Kohly, director de la policía nacional cuando la Republica mediatizada.

Mi abuela trabajaba de sirvienta en su casa, y él usó y abusó del derecho de pernada hasta que nació mi padre. Por cierto ella había abandonado Galicia huyendo de su marido, que la maltrataba. Y según llegó a Cuba apareció asesinado…

El tiempo apremia y son imprescindibles dos preguntas antes de la despedida: Cuba Miracles es un libro atípico. ¿Ha funcionado bien en los lectores?; ¿Es Cuba un milagro… y de que tipo?

– El libro es atípico porque hay citas literarias de Villaverde, Carpentier, Barnet, Ortiz y otros muchos que cuentan lo que veíamos mejor que yo. Por eso los lectores aprecian enormemente el texto.

– Los dibujos también, por supuesto, ya que Wozniak es uno de los grandes ilustradores de Europa. Y como Antoine es un experto en música cubana (dirigió Radio Latina en Paris) pues si, tiene mucha aceptación.

– La impresión fundamental se resume en el titulo: Cuba es un milagro. Primero porque existe; luego porque sigue existiendo a pesar de todos los ataques, y además por el doctor Waldo Suárez que me curó en unas horas y sin contar con que descubrí el PPG, que sigo tomando.

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