Hay locuras divinas, otras razonables y la mayoría, inexplicables. Quizás el fútbol reúne todas las condiciones de demencia colectiva y por esta y muchas causas, hace sucumbir cada cuatro años a la mayor parte del universo.
Ahora tuvimos la Copa del Mundo de Sudáfrica-2010 y casi me parece mentira que uno de los eventos que más arrastra a las multitudes haya terminado. Con España coronada con justicia, belleza y técnica, aunque le faltaran goles.
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