Duerme y cuando despierta, lanza una vista panorámica, sonríe y activa su cuerpo. Un ser querido, no importa si familia o amigo, que nos recuerda, sin proponérselo, lo que en verdad es esencial en la vida.
Y llegan las inevitables preguntas. ¿Seguimos adelante en busca de dinero, bienestar material y satisfacción de nuestros egos, o hacemos una pausa para dedicar más tiempo a quien lo merece?
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