Berlín no es la capital más atractiva de Europa, pero sin dudas es un punto casi inevitable de visita, por todo el caudal de historia que encierra.
Un lunar en la punta de la nariz
Las diferencias eran muy claras y el desafío, permanente. La República Federal de Alemania (RFA) era un próspero estado capitalista que con una fuerte inyección financiera de occidente después de la Segunda Guerra Mundial, florecía espléndidamente.
Del otro lado, la Unión Soviética intentaba hacer lo mismo con la República Democrática Alemana (RDA) pero con tintes socialistas. Y en el medio de la báscula, Berlín, dividido en dos.
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La historia dentro de la historia. Muy interesante!
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Muchas gracias.
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Hay pasajes de la historia que esperemos algún día sean contados sin manipulaciones.
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Así es, o mejor dicho, así debería ser.
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