Aunque pudieran añadirse muchas perlas a la soberbia interpretación de Céline Dion de Hymne á l´amour, todo el sentimiento y la pasión de la cantante canadiense no hizo más que rendirse a la grandeza de Edith Piaf, con un guiño al deporte en el cierre de la inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024.

   En una ceremonia glamorosa, sui-géneris por romper el patrón de celebrarse siempre en estadios durante toda la historia olímpica, el majestuoso Sena y París, pese a la lluvia, se encargaban de repartir magia ante semejante espectáculo. Empero, faltaba un detalle que no era una sorpresa, aunque despertaba expectación: Céline Dion de regreso a los escenarios.

   Deslumbrante, potente, sobrecogedora, todos los epítetos cabrían en su actuación. Y estaba el alma de otra diva de la canción popular, Edith Piaf, que lejos de su archipopular “La vie en rose”, componía en 1949 , El Himno al amor, un sentido y dramático homenaje al amor de su vida, el entonces exitoso boxeador francés Marcel Cerdán.

-PIAF Y CERDAN

   Fue en el año 1945 cuando se encontraron de manera fugaz por primera vez. Eran los prolegómenos de una relación intensa y apasionada en los atisbos del final de la Segunda Guerra Mundial. Cerdán, francés nacido en Argelia, se presentó en el Madison de Nueva York en 1947 y le ganó a Harold Green por nocaut técnico en dos rounds. Fue el reencuentro con Edith Piaf, en un restaurante francés.

   El problema era que Cerdán estaba casado con Marie López, con quien tuvo tres hijos, y la famosa cantante se convirtió en su amante no tan secreta. Llego a ser campeón europeo y primer campeón mundial de los medianos no estadounidense.

   La noche del 27 de octubre de 1949, Marcel Cerdán emprendió viaje a Nueva York para firmar contratos y lograr la revancha en busca de la reconquista de su título perdido con Jake LaMotta, el célebre Toro Salvaje. El Lockheed L-749 Constellation de Air France procedente de París, jamás llegó a destino.

   Había compuesto precisamente en 1949 Hymne à l’amour, con música de Marguerite Monnot.  En su letra, de forma premonitoria dice: “Dios reúne a los que se aman”, dedicada a la pasión en la vida y al amor tras la muerte, al deseo de encontrarse en el más allá con Marcel Cerdán.

-CELINE DION

   Nacida el 30 de marzo de 1968 en Charlemagne, Quebec, Canadá, Céline Dion tiene una carrera exitosa de más de cuatro décadas, consolidándola como una de las voces más reconocidas del mundo.

   En su vida, hay también una poderosa historia de amor cuando conoció a René Angélil, quien se convertiría en su mentor, mánager y, más tarde, esposo.  Desde la ternura y potencia de su voz en La Bella y la Bestia junto a Peabo Bryson en la película de Disney (Oscar y Grammy), hasta numerosos hits como The Colour of My Love, y la impactante balada «My Heart Will Go On», el tema principal del filme Titanic.

   Ya había consolidado su estrellato mundial en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, donde interpretó la canción «The Power of the Dream», compuesta por David Foster, como parte de la ceremonia de apertura.

   Sin embargo, su presencia en París 2024 estaba matizada por otras lecturas. En diciembre de 2022 que había sido diagnosticada con una rara condición neurológica llamada *síndrome de persona rígida* (SPR). Una afección autoinmune que afecta el sistema nervioso central, causando espasmos musculares dolorosos, rigidez en el cuerpo y dificultades para moverse.

   Si bien el SPR es una enfermedad rara y no tiene cura definitiva, existen tratamientos que pueden ayudar a controlar los síntomas, como fisioterapia, medicamentos para los espasmos musculares y terapias inmunológicas. Así, Céline Dion se propuso concentrarse en su salud y trabajar con su equipo médico para recuperarse y volver a los escenarios.

   Mejor escenario no pudo escoger. Al pie de la Torre Eiffel, acompañada de un piano que dejaba mostrar las gotas de una pertinaz lluvia, puso el broche de oro de una ceremonia de Juegos Olímpicos con París, de nuevo, con el toque de distinción de los elegidos.