Un piano entre París y La Habana

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Raras veces se le puede escuchar alzar la voz. Era un niño cuando lo conocí en París y únicamente cambiaba su lenguaje corporal al sentarse frente al piano. Afloraba entonces el talento, sin grandilocuencias, que tanto llamaba la atención de reputados artistas franceses.

Con el paso de los años, Jorge González Buajasán, nacido en La Habana, Cuba, terminaba por deslumbrar a Didier De Cottignies, asesor musical nada menos que de Stanley Kubrick, con particular influencia en dos películas: 2001, una odisea en el Espacio (de 1968) y Eyes wide shut (Ojos bien cerrados, de 1999).

Empero, para llegar hasta De Cottignies muchos preludios debieron dibujarse en el pentagrama. Transitó desde un sueño de hadas, los desafíos e impertinencias de los adolescentes, hasta la madurez obligada por una tragedia en su vida, la pérdida de su madre.

A los 7 años comenzó su inclinación por la música y el violín. Fue su primera profesora María Matilde Alea la que le dio las claves hacia el piano. “Tenía la influencia directa de mis padres (Yamila y Jorge Emilio) y la idea que también me gustó fue adquirir un poco de cultura general”, confiesa.

En realidad era una recomendación loable aunque ninguno de sus padres era músico. Había, sin embargo, una suerte de intuición.

La amistad con la profesora, pianista y musicóloga cubana Alicia Perea, lo condujeron a su primer examen informal con el prestigioso intérprete Jorge Luis Prats, quien le dio su bendición profesional y le auguró un futuro promisorio.

Curiosamente Prats se fue a París en 1977 y conquistó todos los honores posibles en el ilustre concurso Marguerite Long-Jacques Thibaud con apenas 20 años. Además, recibió los premios Chevillon-Bonnaud por la mejor interpretación de música francesa con el Scarbo de la obra Gaspard de la Nuit de Maurice Ravel.

Para más coincidencias, Prats nació en la provincia de Camaguey, este de Cuba, al igual que el padre de González Buajasán; y se llama Jorge lo mismo que el mozalbete que ahora parece seguir sus caminos.

Por si faltara algo, la profesora Alicia Perea (ya fallecida), coincidió en París como diplomática de la Unesco durante varios de los años de estudios de González Buajasán.

-Lo que llamamos casualidad no es ni puede ser sino la causa ignorada de un efecto desconocido, Francois-Marie Arouet (Voltaire).

-TROPIEZOS Y ASCENSO

Los destinos insondables de la vida lo llevaron a París con sus padres diplomáticos y su hermana menor.

“Estando en Francia fuimos al conservatorio Chopin y hablamos con el director que era un inglés. Yo tenía 12 años y el director dijo que no prometía nada pero que organizaría al jurado. Así yo me preparé con Variaciones de Mozart y el jurado me aceptó”, confesó.

“Fue cuando conocí a Edouard Exerjean, una personalidad famosa que me ayudó bastante en mis inicios de los estudios en París.

En 2016 en el conservatorio Frederick Chopin de París, su director Peter Vizard declaró en un inicio que no tenia profesor de piano para González Buajasán, pero al oírlo interpretar las Doce variaciones sobre «Ah vous dirai-je, Maman» en do mayor para piano de Wolfgang Amadeus Mozart (escrita en 1781 o 1782), se mostró impresionado.

Le dijo a su padre que él nunca había podido interpretar a Mozart como el chico cubano lo logró en la prueba que le hizo. e inmediatamente buscó el mejor profesor que tenía en ese momento en el Conservatorio, Exerjean.

El relato lineal y de ensueño terminó por ser interrumpido abruptamente. Cuando las cosas iban bien para Jorgito (González Buajasán), su madre enfermó gravemente, una terrible enfermedad, leucemia.

“Eso provocó en mí sentimientos encontrados. Terminé sintiéndome más motivado porque quería regalarle a mi mamá todo lo que yo pudiera progresar en mis estudios y hacer lo posible por llegar lejos.

La enfermedad de mi madre nos obligó a regresar a La Habana en 2008 y allí ingresé un año en la Escuela Nacional de Arte”.

Pero la sempiterna modestia de Gonzalez Buajasán lo hizo saltarse algunos detalles no menores. En aquel período de 2006 a 2008 en París ganó el concurso de nivel superior La Clé D´Or con la interpretación de Un suspiro, de Litzs, y también otro denominado La Flamme.

Fui testigo presencial de esos momentos y lo impresionante es que llegaba silencioso, con la mirada fija en el piano, agradecía los aplausos y traslucía su evidente deseo de marcharse de inmediato. Encerrado en un teatro o sala de conciertos, aguardaba hasta recibir los lauros y a la pregunta de comentarios, respuestas lacónicas: “bien, aunque no satisfecho, debo mejorar”.

-DESAFIOS Y TRISTEZAS

Ya con 15 años, sin sus padres, volvió a la Ciudad Luz con una beca.

“En el inicio me sentía con toda la libertad que quiere siempre alcanzar un adolescente, pero lo cierto es que me perdí un poco, no tenia disciplina cometí actos de inmadurez; ciertamente tuve una familia francesa de acogida que fue muy buena y colaboradora.”

Aquella primera etapa lo sorprendió un tropiezo trágico en su vida. Estando de vacaciones en La Habana en 2010 y ya casi listo para volver a París con su beca, Yamila, su madre, falleció justo cuando parecía que rebasaba el cáncer.

“Fue una decisión muy dura, quizá la más difícil para mí en aquel momento. Volver a Francia o quedarme en Cuba. Sin embargo, hablando con mi padre, mi hermana y mi familia en general, opté por seguir en el piano. Era algo que mi madre soñaba, verme avanzar. Se convirtió en una etapa crítica de mi vida”, reflexionó.

Ahora tiene 23 años y hasta barba ocasional. No ha perdido la dulzura de su rostro y cierto apego a una infancia comprometida pero difícil. Quiere apelar a los concursos en Europa para darse a conocer más, luego de acumular algunos éxitos internacionales.

En 2015 tuvo un punto de partida hacia el reconocimiento en Alemania, en Bad Kissingen, donde conquistó el premio Klavier-Olymp.

“Para tomar parte fui recomendado por mi actuación en el Pleyel donde hice un trio con la interpretación de Archiduque, de Beethoven por el director artístico de la Orquesta de París, Didier De Cottignies, también uno de los impulsores en la historia del concepto de los Tres Tenores con Luciano Pavarotti, José Carreras y Placido Domingo”, recordó González Buajasán

“Concursamos seis pianistas jóvenes, dos de Estados Unidos, uno de Alemania, uno Francia, uno de Polonia y yo, de Cuba. Allí en Bad Kissingen gané el Primer Premio del Jurado y el galardón del Público”, relató.

Actualmente trabaja con varias agencias de promocionales, básicamente de Alemania y Japón, aunque sigue afincado en París.

“Me seduce la idea de participar en varios concursos grandes para tener más trayectoria. Francia como mercado es muy cerrado. Encuentro más facilidades en Alemania y gracias a ello fui enviado a un concierto en Riga, la capital de Letonia.

“Siento el deseo de aprovechar mi potencial para establecer puentes para el intercambio cultural en piano entre Francia y Cuba. Y de mi país, ojalá pueda ser más conocido en el futuro”, completó.

10 comentarios en “Un piano entre París y La Habana

  1. Me gustó mucho el artículo, realmente ha sido muy sacrificado para el vivir desde tan joven lejos de su familia, con la ausencia de su madre y continuar por el sendero de la música sin torcer el camino…sigue escribiendo amigo, que tienes un don al cual nunca debes renunciar !! un fuerte abrazo.

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    • Se aprecia mucho el comentario, aunque viene de muy cerca. Espero que este modesto aporte le sirva también para darse a conocer más. Ahí te tocaría a ti jugar un papel más activo en ese sentido. Gracias por tus palabras.

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  2. Precioso articulo, gracias por recomendarlo Jorgito, ya sabia de la trayectoria de tu hijo y eso nos enorgullece y se lo feliz que te hace, tu hijo aparte de todos sus sacrificios tiene su talento y eso lo ha llevado al triunfo.Me siento orgullosa de el. Any y familia.

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    • Escribir sobre un personaje que conocí desde niño y verlo evolucionar en todos los sentidos provoca mucha emoción, como amigo cercano. Es también un justo reconocimiento a un gran talento de Cuba. Agradecido por la lectura.

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      • Continua hacia adelante lo mereces no hay nunca una piedra en el camino que te pueda hacer perder el rumbo de ese triumfo que te lo mereces por siempre Sigue no pierdas esa emocion de tu gloria lograda . Un abrazo desde Puerto Rico

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      • Le agradezco Angel su comentario. Mi nombre es Fausto Triana, autor del artículo y muy cercano amigo de Jorgito, Jorge Emilio, Anita y Yamila. Asi q es un placer leer tanto reconocimiento.

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