La historia no contada de Pablo Neruda (VIII)

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GABONERUDA
Se le recuerda por toda su obra aunque sus frases y reflexiones aparezcan en inventarios populares favoritos, tanto para hablar del amor como de la vida. A Pablo Neruda se le atribuye también un poema sin duda apócrifo, Muere lentamente, que circula con aire festinado en el ciberespacio.

Pero si de su autoría es Sólo la muerte, una triste y hermosa reflexión, imagen poética en uno de esos vuelos magistrales del chileno Premio Nobel de Literatura, cuando apenas tenía 31 años de edad. Mucho antes de verse envuelto en el adiós, a destiempo, de este mundo.

Hay cementerios solos,
tumbas llenas de huesos sin sonido,
el corazón pasando un túnel
oscuro, oscuro, oscuro,
como un naufragio hacia adentro nos morimos,
como ahogarnos en el corazón,
como irnos cayendo desde la piel del alma.

¿Fue asesinado por la dictadura de Augusto Pinochet?

Después de varios meses de conversaciones con distintas fuentes, todo indica que el autor de Canto General, senador, exiliado, embajador y candidato a la presidencia de Chile, fue ultimado con sofisticados métodos por la junta militar el 23 de septiembre de 1973, doce días más tarde del sangriento golpe de estado.

Como adelanto, un par de impresiones de más de una hora de plática con el abogado Rodolfo Reyes Muñoz, sobrino directo de Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto (Pablo Neruda) y su colaboradora, la también letrada Elisabeth Flores.

El cinturón negro, que menciona la doctora Flores y detalla Reyes Muñoz: cuando se hizo la ceremonia para el traslado de los restos mortales del Cementerio General a su casa de Isla Negra, en noviembre de 1992, apareció en el ataúd un cinturón de color negro.

-Lo había sacado el panteonero, a quien le pregunté de qué se trataba. Me dijo que estaba sucio, un cinturón. Al advertir el hecho, como único miembro de la familia presente, le ordené al panteonero que el cinturón fuera acomodado en la nueva caja mortuoria, evitando así que quedara “en otras manos”.

-De tal forma, el cinturón quedó junto a los restos de Neruda, en su ataúd nuevo y fue enterrado en Isla Negra.

En fecha reciente, al ser exhumado para esta investigación, a petición del abogado Reyes, se solicitó pericias respecto del cinturón, las cuales podrían ser de gran relevancia.

Luego comprobaríamos que tenía 119 centímetros y esa medida corresponde a un hombre grande, grueso. Mi tío no estaba caquéxico canceroso ni mucho menos delgado, como se afirmó en su certificado de defunción.

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En sus oficinas en Santiago de Chile, el doctor Reyes, acompañado de Elisabeth Flores, me muestra orgulloso una foto de familia dedicada por su tío.

-Me dedicó la foto en agosto de 1973 y estaba igual, en su peso corporal de siempre, tenía un romance con Alicia Urrutia, la sobrina de Matilde (su esposa) y no dejaba de compartir y relacionarse con la gente. Los indicios de que fue asesinado son cada vez mayores, faltan algunos detalles, pero llegaremos al fondo de la investigación.

Como buen abogado, Reyes Muñoz me aclara que de todas formas en los procesos judiciales hasta que no existan evidencias concluyentes, es imposible llegar al final de una investigación tan compleja como ésta.

De todos modos, admite, la presencia de estafilococo dorado en sus restos mortales, las contradicciones en el certificado de defunción y otros indicios, refuerzan el criterio de que la muerte de Neruda fue ocasionada por terceros.

-LAS MIL Y UNA NOCHES-

Cuando inicié esta serie de artículos sobre el tema de Neruda, gracias al hecho fortuito de encontrarme con Manuel Araya (chofer y ayudante personal del bardo) y la ONG Antología Popular 1972-Patrimonio de Chile, nunca imaginé que me llevaría a identificarme con tantas pistas que rebasan el calificativo de sospechosas.

En el mismo hilo conductor tendido por su sobrino Rodolfo Reyes Muñoz, otro abogado chileno, Eduardo Contreras, en circunstancias y momentos diferentes y lejanos en el tiempo, terminaba una entrevista que le hice, inmerso en preguntas y respuestas aproximadas en busca de la verdad.

¿Por qué es raro el certificado de defunción?

-Como el Partido Comunista en la época quería sepultar a Neruda, se hacía perentorio que se certificara su muerte. Nadie quería hacerlo y entonces aparece un doctor que emite el documento sin ver a Neruda. Escribe estado de caquexia.

-Caquexia es un estado consecuencia del cáncer y otras enfermedades graves, según el cual se pierde todo el peso y el enfermo se transforma en un esqueleto. Nada de eso se ajusta a Neruda, un hombre grueso hasta el final de su vida.
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El doctor Contreras, quien lleva el proceso en nombre de los querellantes (en la actualidad la familia de Neruda, el Partido Comunista y el Gobierno de Chile) llama la atención en torno a otros detalles acontecidos a raíz del fallecimiento del más grandes poeta del siglo XX, al decir de Gabriel García Márquez.

-En el Mercurio (diario de derecha afín a la dictadura de Pinochet) se publicó que había muerto de un infarto como consecuencia de los calmantes que se ponía por el cáncer; otro medio, La Tercera se refería a un expediente que hablaba de infarto y no de caquexia.

-Por lo tanto, el conjunto de circunstancias extrañas que hemos establecido nos da de sobra para sostener que lo más probable es que lo mataron. ¿Cuál es el talón de Aquiles que tenemos? El código penal de la época, exige que esté acreditada plenamente la existencia del delito. Se nos transforma en un problema técnico, de especialistas.

Para finalizar, una anécdota contada por García Márquez en ocasión del deceso de Neruda.

Era realmente un hombre generoso. No había tenido tiempo de leer Cien años de soledad, pero Matilde, su mujer, que lo había leído en Montevideo, le insistía cada momento: “Tienes que leerla, Pablo, es una gran novela. Tienes que leerla”. En esos días Neruda llegó a Manizales para el Festival de Teatro. Los periodistas le preguntaron su opinión sobre mi libro. Tranquilamente dijo: “Es la mejor novela que se ha escrito en español después de El Quijote“. (La frase hizo carrera). Al volver a su hotel, Pablo le dijo a Matilde: “¡Tienes que conseguirme ese libro, porque me acabo de meter en la grande!”. Para mí, lo importante es que Pablo leyó el libro y jamás rectificó su concepto de Manizales.

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