Azares, casualidades, destino (…) pudiera ser. Igual se antoja difícil concebirlo en el universo de Pablo Neruda. En su historia, los hechos relacionados con su muerte parecen inclinarse cada vez a la versión de que fue asesinado por la dictadura de Augusto Pinochet.

Me permito retomar la frase del abogado Eduardo Contreras: “se comprende que en la vida las coincidencias no son tantas, sobre todo cuando se trata de delitos”. Y así volver sobre los pasos de una investigación, tan apasionante como la misma obra del chileno Premio Nobel de Literatura.

Neruda no creía en la suerte ni en las casualidades, aunque en su vuelo poético revelara facetas soñadoras. En Tú eres el resultado de ti mismo, dejaba saber sus convicciones más verticales:

-No olvides que la causa de tu presente es tu pasado, como la causa de tu futuro es tu presente.

Aprende de los fuertes de los audaces, imita a los enérgicos, a los vencedores, a quienes no aceptan situaciones, a quienes vencieron a pesar de todo.

La vigencia del caso en torno a la causa del deceso del vate, el 23 de septiembre de 1973, apenas 12 días después del sangriento golpe de estado de Pinochet, cobró mayor fuerza con un descubrimiento relativamente reciente de un panel de científicos, básicamente españoles.

Encontraron en sus restos mortales residuos de estafilococo dorado, un elemento extraño no asociado al cáncer de próstata que presuntamente le provocó la muerte. Así el Gobierno de Chile en noviembre de 2015 se vio obligado a emitir la siguiente nota:

“Resulta claramente posible y altamente probable la intervención de terceros en la muerte de Pablo Neruda”.

Eduardo Contreras recibió la encomienda del Partido Comunista de Chile (PCCh), del cual forma parte, de llevar el expediente relacionado con las investigaciones sobre la desaparición física del autor de Canto General.

El letrado, antes de reanudar la entrevista, me recuerda el acápite del certificado de defunción, que lo expidió un médico que no vio a Neruda cuando murió: dice estado de caquexia, que es consecuencia del cáncer y otras enfermedades graves, según el cual se pierde todo el peso y el enfermo se transforma en un esqueleto.

-Nada de eso se ajusta a Neruda, un hombre grueso y preclaro hasta el final de su vida.

Momento clave para profundizar en el relato del doctor Contreras.

-Hablé con el embajador mexicano de la época Gonzalo Martínez Corbalá y me señaló categóricamente: lo que te puedo decir Eduardo es que Neruda estaba lúcido, y hasta me enojé con él, porque quiso mandar a buscar unos cuadritos que tenía en su casa de Isla Negra y postergó un día más su salida para México donde se exiliaría.

-Me lo dio todo por escrito y entregó sus declaraciones en el Consulado en México.

-GOLPE DE TIMON-

El abogado me precisa que el número de la causa es el 1038/2011 que lleva el juez Mario Carroza., a quien considera un hombre de mucho prestigio en el ámbito jurídico. En mayo de 2011 y a instancias del PCCh, Contreras presentó la querella para obligar a las pesquisas.

-Meses después se sumó don Rodolfo Reyes, sobrino de Neruda, y en 2014 se añadió el Gobierno de Chile a través del Ministerio del Interior. En un momento ocurre un hecho extraordinario que yo creo fue un golpe de timón en la causa.

¿Cómo así?

-Yo estaba de director de derecho de la Universidad Arcis, en 2013, y me llama Eugenio Ortega, embajador democratacristiano en Canadá y esposo de Carmen Frei, hermana del ex presidente (Eduardo Frei) e hija de otro exmandatario, Eduardo Frei Montalva.

-Me dice que quiere conversar conmigo un asunto judicial. Llega a mi oficina y me señala: yo se que usted está a cargo del proceso de Neruda (…) y sin mediar introducción comienza a detallar que inició una querella judicial junto a su esposa por la muerte de Eduardo Frei Montalva. Y me he dado cuenta de una serie de similitudes muy extrañas.

Contreras hace una pausa para remarcar que al escuchar a Ortega se percata de que Frei Montalva fallece 9 años más tarde que Neruda, o sea 1973 y 1982. Pero hay hechos que no parecen tan circunstanciales ante las sospechas crecientes de la mano negra de la junta militar pinochetista.

-Ambos (Neruda y Frei), ingresados en el mismo piso y cuarto de la misma clínica Santa María (…), tres de los cuatro médicos que están procesados por el crimen de Frei Montalva también atendieron a Neruda. Y la misma enfermera que se ocupó de Neruda, igualmente lo hizo con Frei Montalva.

Me quedo francamente sorprendido al escuchar elementos que tal vez se hayan mencionado en Chile, aunque no con el empuje mediático requerido. Reflota una probable conspiración de la dictadura para desaparecer a personalidades que le resultaban incómodas o insoportables.

-Obtuve una copia del sumario del expediente abierto por Eugenio Ortega. Y ya estaba reconocido Eugenio Berríos, el químico que mataron en Uruguay por orden de Pinochet.

-Berríos había hecho declaraciones en las cuales mencionó el estafilococo dorado como útil para eliminar a los enemigos. Y fue asesinado por la DINA (la tenebrosa agencia de inteligencia) por orden de Pinochet.

Le comento al abogado Contreras que la cantidad de coincidencias rebasa lo imaginado. Entonces lo invito a elaborar más sobre el expediente de Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto (Pablo Neruda).

-Hemos sabido que la clínica Santa María fue uno de los pocos hospitales intervenido por la dictadura el mismo 11 de septiembre de 1973. Cuando Neruda llega a la clínica, el director no era civil, sino un oficial del Ejército.

-Según declaró el doctor chileno Walter Lederman, jubilado, funcionario en el Instituto Bacteriológico, el 11 de septiembre asumió la dirección de la entidad un señor que decía era ecuatoriano y militar, Estuardo Avila, quien controlaba la reserva de bacterias, cepas. Dicho en otro lenguaje, el Ejército disponía de todos los elementos químicos que quisiera.

-Por lo tanto la posibilidad de que Berríos u otro tuviese alguna intervención en lo que se le inoculó a Neruda, es altamente posible.

-SUSPENSO NERUDA-

La trama de una película o novela de suspenso completa poco a poco todos los ingredientes. A pesar de la desidia de ciertas corrientes en Chile que pretenden pasar la página en el capítulo de la muerte de Neruda, las pistas e indicios despiertan muchas dudas. El doctor Contreras lo sabe.

-Otro hecho asombroso es la presencia del médico Sergio Draper, quien está vivo y no se ha cansado de mentir varias veces. En 1974 aseguró al diario La Tercera: Neruda murió en mis brazos, yo estaba ahí.

-Pero citado a declarar se retractó, dijo que él se fue antes de la clínica ese día por el toque de queda. Mencionó haberle dado la orden a la enfermera de que le pusiera un calmante, que sería la famosa inyección de mediados de la tarde del 23 de septiembre de 1973 de la cual habló su chofer y ayudante Manuel Araya.

Es obvio que Draper no es creíble, le deslizo al amigo jurista.

-Para nada. Draper se volvió a contradecir al aseverar luego que a Neruda lo vio por última vez un tal doctor Price, quien supuestamente ordenó la inyección. E hizo un retrato hablado de Price haciéndolo similar al agente sicario de la CIA Michael Townley, quien no estaba en Chile en esos momentos.

-Tardamos meses con la policía buscando todos los registros de ingresos a Chile de cualquier extranjero de ese apellido… y se buscó entre los médicos, de los anales del siglo XIX y no hay ningún doctor Price. Ni chileno ni extranjero. Finalmente descartamos la fábula de Draper.

Cuando uno se tropieza con este tipo de historias, si se trata del autor de Veinte Poemas de Amor y una Canción Desesperada, al menos nos permite además el privilegio de recordarlo en sus pensamientos:

Y nadie puede sustituirte en la construcción de tu destino.

Levántate, mira las mañanas y respira la luz del amanecer.

Tú eres parte de la fuerza de la vida

Ahora despierta, camina, lucha.

Decídete y triunfarás en la vida.

Nunca pienses en la suerte, porque la suerte es el pretexto de los fracasados.