La historia no contada de Pablo Neruda (I)

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Sus ambiciones se limitan al simple reconocimiento de una verdad que ahora parece encontrar un camino. Lo hace por fidelidad, respeto y admiración hacia Pablo Neruda, a pesar de los pesares.

Manuel Araya tenía apenas 14 años cuando conoció al Premio Nobel de Literatura. Nunca imaginó que ya de adulto lo acompañaría en el último tramo de la vida de Neruda. Pero no se anda con rodeos: fue asesinado por la dictadura de Pinochet.

Nos hemos encontrado para servir de hilos conductores de varias tramas que abordarán secretos y poesía de
Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto (Pablo Neruda).

Araya y la ONG Antología Popular 1972-Patrimonio de Chile, de la ciudad portuaria de San Antonio, serán fuentes de inestimable valor para desentrañar episodios –algunos inéditos- de uno de los más grandes poetas de Hispanoamérica en la historia.
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De las noticias internacionales ya se sabe la esencia: por primera vez hay un reconocimiento oficial tácito al hecho de que como ha reiterado hasta la saciedad Araya, la muerte de Neruda no estuviese asociada a un cáncer de próstata.

Un comunicado del Gobierno de Chile asegura que “resulta claramente posible y altamente probable la intervención de terceros en la muerte de Pablo Neruda».

Nada sorprendente para este hombre de piel curtida por el trabajo duro, con una profunda cicatriz en su pierna izquierda, de cuando recibió un balazo de testaferros de Pinochet el mismo 23 de septiembre de 1973, fecha del fallecimiento del escritor.
ARAYA
Chofer y ayudante personal del autor de Canto General, Araya me cuenta uno de los pasajes de quien definió como poeta romántico, amante apasionado de mujeres, comidas y la buena vida; el hombre de izquierda comprometido y el amigo genuino.

-GENIO Y FIGURA-

-Lo del nombre es algo que creo nunca se ha explicado muy bien. Yo que soy del campo, comprendo la actitud del padre de Neruda en aquellos tiempos. Y también conociendo a su padre, uno puede entender mejor las cosas de Neruda.

-José del Carmen Reyes, el padre de Neruda, era maquinista de trenes, rudo y con una vida de amantes en cada pueblo que visitaba. No entendía por qué su hijo tenía esas tendencias con la poesía y lo consideraba algo femenino, homosexual. Lo azotaba con frecuencia.

-Todo eso hizo que se cambiara el nombre, porque en realidad estaba huyendo de su padre. Había perdido a su madre, Rosa Neftalí Basoalto al mes de nacido, como consecuencia de una tuberculosis. Su madre era profesora de un liceo y escribía poemas.

El apellido lo tomó en homenaje al poeta checo Jan Neruda y el nombre de Pablo porque le sonaba bien.

A la pregunta obvia de cómo era en la vida real Pablo Neruda, mi interlocutor se toma una pequeña pausa para trasmitir sus vivencias, en una primera aproximación, con la promesa de que volveremos sobre el tema.

-Se comportaba como un niño. Tenía esas cosas. Era muy dado al placer, al disfrute de todo lo bueno que le daba la vida. Como si apreciara cada minuto de libertad. Su infancia fue complicada, por esa relación difícil con su padre y no haber conocido a su madre.

-Luego, José del Carmen era un mujeriego. Neruda no fue menos. Estaba enamorado de las mujeres, de todas puede decirse, y vivía los momentos de forma apasionada.

De todo este anecdotario surgieron, sin dudas, los vibrantes 20 Poemas de Amor y una Canción Desesperada.

-EL FINAL-

Manuel Araya salta de un recuerdo al otro, pero con una nitidez sorprendente, sin perder la coherencia de sus ideas.

Volver sobre un relato muchas veces dicho siempre es un reto. A lo largo de los años no ha cejado en el empeño de convencer a la opinión pública de que Pablo Neruda fue otra víctima de los crímenes de la dictadura pinochetista (1973-1990).

La clave que hace el caso un asunto de la mayor actualidad fue el descubrimiento, por científicos españoles en los restos mortales del poeta, de residuos de estafilococo dorado, un elemento extraño no asociado al cáncer de próstata que presuntamente le provocó la muerte.
NERUALLEN
Esta noticia, junto con la más reciente del Ministerio del Interior de Chile de admitir el probable asesinato de Neruda, alivia la pesada carga que ha llevado en su vida Araya, en su empecinada idea de ser escuchado.

-Cuando lo encontré en 1972 no venía mal, sino algunos padecimientos pero nada grave. Era una persona siempre vital, que por lo general tenía comidas de negocios cada día. Hablaba mucho, escribía y se daba la gran vida. Era como un niño.

Araya fue asignado como chófer y ayudante personal de Neruda a su regreso a Chile en noviembre de 1972. Ambos eran integrantes del Partido Comunista.

-Todo transcurría normalmente aunque con muchas tensiones por la conspiración que existía contra el presidente Salvador Allende, a quien Neruda intentaba ayudar en lo posible. Sin embargo, el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 lo afectó demasiado.

-Comenzó a sentirse mal y lo llevamos a la clínica Santa María de Santiago, donde lo pusieron el cuarto 406. Se hacían los trámites y existía el ofrecimiento del presidente mexicano Luis Echeverría de recibirlo en su país.

El 23 de septiembre supe de la visita de Alicia Urrutía, la sobrina de su esposa Matilde, con quien tenía una aventura. Nos había mandado a mí y a Matilde a su casa de Isla Negra a buscar unos libros para llevar a México.

-Una llamada a las 4 de la tarde dio la noticia del agravamiento de Neruda. Le habían puesto una inyección en el estómago, dicen que una dipirona, nadie sabe por qué. A mí me pidieron ir en busca de un medicamento y en la calle me detuvieron agentes de Pinochet. No volví a ver más a Neruda, ese 23 de septiembre de 1973 falleció.

El recuento tiene otras muchas aristas, pero mejor lo dejamos para otro capítulo de secretos y poesía de Pablo Neruda.

10 comentarios en “La historia no contada de Pablo Neruda (I)

  1. De inestimable valor la fuente que da su opinión.
    El tema ha sido tratado en muchas ocasiones y cada vez cobra mayor fuérza la teoría de que fué asesinado. Te invito a continuar profundizando que yo estoy desde ya a la espera del proximo artículo.
    Felicidades por el trabajo.

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  2. Me apunto a la lectura de la historia no contada de Neruda. Junto con su poesía me atrae bastane su historia personal y todo ese mundo creativo que lo hace de algun modo un personaje parecido a García Márquez.

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