La modernidad se antoja un pecado, aunque resulte inseparable de Viena en el siglo XXI, tal vez la ciudad más auténtica de Europa, paradigma de reyes y noblezas, sin desperezo, espléndida y al compás de las musas irreverentes de Mozart.
No se necesitan frases hechas ni comentarios exultantes. Viena transpira belleza, tradición y música, como si se tratase de un cofre aislado, excepcional y diferente. Lo que le faltaría para ser perfecta es encontrarse a sí misma, fuera de su raigambre elitista.
Pero quizá sería demasiado pedir a los austriacos, fríos por naturaleza y con un sentido del humor teutón. En cambio, el orgullo de revelarse como uno de los emporios culturales del universo y la historia que nos regala a Mozart y tantos otros, aparca a un lado las altisonancias.
Viena, en verdad, es una joya en todas sus dimensiones. Desde la más pueril que nos acerca al Palacio de la atribulada Sissi, la hermosa Emperatriz (la duquesa Isabel en Baviera) que conocimos hasta la saciedad con la insuperable Romy Schneider y la saga de famosas películas.
-REGALO VISUAL
El primer impacto visual es un regalo multifacético, en el cual las sinfonías brotan de forma espontánea en los 1,716 puentes del Danubio. Urbe colmada también de simpáticas fuentes (900 de agua potable y 54 monumentales).
Armonía entre preciosos jardines, palacios y residencias que resisten con elegancia el paso del tiempo; museos y plazas, iglesias y catedrales; calles empedradas, palomas y los carruajes con caballos que adornan los trajes y sombreros de copa de los conductores.
En medio del paseo, además del palacio de Sissi, la divina sorpresa del umbral de la mansión de los Strauss, la familia de músicos que con esos saltos del conocimiento resalta a Johann II como figura emblemática, cuando en realidad eran una suerte de portentos unidos o en permanentes diatribas alrededor de un árbol genealógico…y del pentagrama.
Claro que pocos podrán pasar por alto las excelencias del Danubio Azul entre los valses más memorables de Johann Strauss II con su estatua dorada imperdible en Viena, heredero principal de su padre del mismo nombre, sin saltarse a sus hermanos Josef y Eduard, quienes descollaron igualmente en la música.
De todos modos hay que volver sobre el Palacio Imperial de Hofburg donde se halla el Museo de Sissi, con su recuerdo íntimamente asociado a Romy Schneider, vienesa de nacimiento y luego también con nacionalidad francesa.
Rommy Schneider tuvo una vida marcada por la tragedia de la muerte de su único hijo, David, a la edad de 14 años en un accidente doméstico. Con dos matrimonios y una larga relación con Alain Delon, falleció a los 43 años en París por un paro cardíaco.
-MOZART-
Ningún símil sería capaz de conducirnos con propiedad hasta Joannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart, más conocido como Wolfgang Amadeus Mozart, salvo una Casa-Museo en Viena que nos acerca al genio.
A hurtadillas, conteniendo la emoción luego de un amplio recorrido por Viena, no es difícil imaginarse al excéntrico compositor y pianista en la mansión de la capital austríaca, que asume con sencillez a una de las grandes luminarias de la música en la historia.
Milos Forman nos acercó a Mozart en su célebre filme Amadeus de 1984. Si bien supimos que la rivalidad entre Salieri y Mozart es pura ficción, el cineasta estadounidense de origen checo logra mostrarnos el virtuosismo del autor de más de 600 obras y de clásicos imperecederos.
Los 8 Premios Oscar para Amadeus reconocían aristas de la vida de este niño prodigio que murió apenas a los 35 años de edad, dejando una estela increíble de composiciones antológicas para la ópera y el pentagrama en general.
Fue Mozart el último pretexto para prolongar la estancia en Viena, que nos acogía con bailes tradicionales en el corazón de la ciudad, en medio de lujosos palacios y teatros donde se organizan cada año conciertos que remarcan la tradición por lo clásico de Austria.
Ciudad de historias con una vocación musical impresionante
Me gustaMe gusta
Así es, muy bien cuidada y apacible en sentido general, aunque fría, en ocasiones demasiado, en el sentido amplio de la palabra.
Me gustaMe gusta
Linda ciudad con mucha historia
Me gustaMe gusta
Agradecido por el comentario.
Me gustaMe gusta
Mozart siempre es un enigma para mi y también el reflejo del genio y la desdicha. Conozco Viena y salvo el invierno helado, la ciudad es una maravilla.
Me gustaMe gusta
Con muchos otros genios que no disfrutaron de su grandeza y reconocimiento. Viena, en efecto, es una postal suspendida en el tiempo.
Me gustaMe gusta
He visto conciertos al aire libre en Viena y son extraordinarios , la música y el ambiente son muy especiales
Me gustaMe gusta
Es una postal que parece inacta a pesar del paso del tiempo. Luego es muy fría pero hermosa también en cualquier época.
Me gustaMe gusta
Ciudad de cultura elevada bella y bien conservada, recomendable para visitar no para vivir
Me gustaMe gusta
Totalmente de acuerdo. Bella pero a veces muy fria en todo sentido. Pero vale la pena.
Me gustaMe gusta